En el último evento del Live Technology Tour que dimos en Bilbao aproveché para pedirle a un compañero del metal y de profesión en esto del enseñar, el amigo de Torrelavega Javi Terán, que me recogiera una "jartá" de papel viejo con dibujitos. Eso que los amantes de la tinta y el papel llamamos
Comics o
Tebeos.
Cuando los recibí, momento romantico que ocurrió en mitad de las charlas, me puse más contento que unas castañuelas, por lo que me fui feliz de la charla hacia el aerpouerto cargando una nada desdeñable cantidad de unos 80 nuevos comics para mi colección.
Cuando llegó el momento de entrar en el aeropuerto y pasar por el control de seguridad tocó desnudarse. Ya sabéis, gorro, cazadora, cartera, pendrives, teléfono móvil, cinturón, abrigo, maleta, drogas, puñales, portátil fuera de la mochila, dinero (toda la pasta que había ganado con mi último trabajito para Spectra) y bolsas de comics (3). Pasé por el arco de seguridad, y nada... luz verde. Después a vestirse y recoger todo, y sobre todo ... no olvidarse los comics.
Cansado y esperando para embarcar vi que tenía 10 minutos libres, así que pensé:
"¿Anoto los comics en la base de datos?" Porque, para mantener la colección de comics que tengo, no pensaréis que la puedo gestionar de otra forma que no sea con una base de datos.
"Naaaaa... si quedan 10 minutos". Pero.... el vício me pudo y me repliqué:
"Venga va, aunque sean sólo unos pocos". Así que abrí la mochila buscando mi portátil y... no estaba allí.
HORROR, PÁNICO, MUERTE, DESTRUCCIÓNMi vida pasó por delante de mis ojos en unos pocos segundos y fui capaz de recordar cada una de las veces que había tocado ese portátil, que a partir de ese momento se me antojó más cool que un i-jam y más potente que un servidor de 64 procesadores, en los últimos 3 días...¿Dónde estaba mi vida? Mis datos, mis mails, mis presentaciones, ¡¡¡MI BASE DE DATOS DE COMICS!!!! ¡Dios!... ¡EN EL CONTROL DE POLÍCIA DEL AEROPUERTO!.
Como os podéis imaginar, presa del terror, atenazado por el
PÁNICO, perdiendo años de vida cada segundo que ese portátil no estaba en mis manos me cargué todos mis "archiperres" en menos que pía
Pitíkli y salí corriendo.
El aeropuerto pudo disfrutar en aquel momento de lo que es ver a un hombre sin afeitar y con melenas demostrando que el record mundial de los 100 metros lisos será para aquel que tenga más motivación de correr, y que, en caso de haber estado allí un juez de esos de los de la cerveza, quiero decir, de los
Guiness, hoy por hoy tendría plaza para los juegos olímpicos de Londres.
Para más complejidad había tráfico, pero las personas que me vieron venir, con los ojos inyectados en sangre, los dientes apretados y la piel del color de un enfermo terminal de difteria supieron valorar la situación y saltaron a la cuneta apartandose de mi camino.
El suelo estaba resbalazido, pero en aquellos momentos mis pies se movian a tal velocidad que si me hubieran puesto un mar por medio habría pasado por encima de él cuál profeta que flota en el agua.
Al llegar al pasillo que da acceso al puesto de control tuve que tomar la curva de contrameta. Reduje a quinta y ataqué bien los pianos para traccionar con fuerza a la salida de la misma. Debido a regulaciones de última hora me había sido suprimdio el control de tracción automático, así que, levantando el peso equivalente a 30 comics en una de las bolsas conseguí equilibrar la dirección para meter sexta y llevar en 0.7 segundos en frente del control y decir, con toda la tranquilidad del mundo:
"mehedejadounportitilenelcontrolhacemenosdequinceminutosporfavordiganmedondeesta"El polícia, mirando el cuadro que se había plantado en frente de él, sudando, gritando, blanco y con cara de asesino, se recostó en la silla y me hizo una pregunta doble con intención de pillarme:
"¿De qué marca y de que Color es?"A lo que yo respondí como si hubiera un pulsador cual concurso de la tele y otro pudiera meterse de por medio en mi turno de respuesta:
"esundellplateadoylefaltadospatadegomapordebajoysimedicequelotieneledoydosnuevossiustedmedaesemio"El tipo me miró, miró a su compañero, sonrió y metió la mano debajo de la mesa. De allí salió, por arte de magia, el Paraiso, el sol, las mieles del triunfo, el Valhala, el Monte Olimpo y el plató de una película porno grabando la más maravillosa de las orgías donde mujeres desnudas te traían dispositivos usb para disfrutar al máximo con los gadgets.
Le besé, le abracé, le acaricié, le limpié la pantalla con amor, prometí no teclear fuerte sobre sus teclas y arreglar tecla que un día le rompí y la llevo pegada con celo. Supe lo que es tener una segunda oportunidad en la vida que no voy a desperdiciar.
Al llegar a casa le mimé, le puse el bitlocker, cifré los datos importantes con EFS y me hice 2 backups que guardé en ubicaciones distintas.
No se si alguna habéis sentido lo que es la pasión y el amor por tus datos, pero yo sí lo sentí en esa carrera por la supervivencia.
Y ¿por qué os cuento esto? La verdad es que había desestimado narrar este drama en mi vida, pero hoy he visto una noticia en la que un proveedor de servicios de Internete le ha borrado, sin posibilidad de recuperación ninguna, a 14.000 personas, por un errorcillo de cálculo, el buzón de correo con todo su contenido y para compensarles les da 50 $ a sus clientes.
Cable Co. empties 14,000 e-mail accountsTal vez sean buzones de usuarios de casa, tal vez hubiera hosting de empresas o tal vez no, pero si a mi borras mi buzón y me das 50 $... ¡Mueres!
Saludos malignos!