Jugar por Jugar

Una de las ventajas de vivir en la carretera es que siempre vas hacia algún destino dónde hay alguien que tienes ganas de ver. Esto al principio no era así, pues con mis veintipocos eran muchos los destinos a los que llegaba por primera vez, pero hoy en día, cambiado ya de prefijo, en el destino siempre puedo organizar algo.

La semana pasada recorrí la parte germano-anglosajona de la península ibérica, es decir, desde Valencia a Almería por la costa, pasando por Alicante y Murcia para terminar el jueves en una comida con la gente de la Universidad de Almería. El grupo de personas con los que tuve el gusto de comer son de los más singular y divertido, aficionados a la informática y con un punto freak muy gracioso. Todos hicieron que me riera mucho en la comida con algunas de las cosas que me contaron como que “ligar es hackear la mente de una mujer” (no me veo yo trasteando con las BIOS…, yo soy más de Windows y buenos GUIs), la definición del “pagafantas” o los cánticos de “checkpoint” de Carlos cuando pasaban los semáforos en ámbar. Bermejo y sus “seguro que te has equivocado de clase” cuando una chica guapa entraba en la clase de informática perdida antes de preguntar “¿esto no es enfermería?”, Moises y los misterios de Blender [Elephant´s Dream, Big Buck Bunny o yofrankie] y sobre todo los “juegos sin código”.

Esto de los juegos sin código tiene su gracia, pues parece que para jugar hoy en día hay que tener mil interfaces 3D supermolones y mil superdetalles multimedia cuando todos sabemos que lo importante es esa característica que te hacía pasar semanas sin dormir pensando en cómo pasar un puñetero nivel: La Adictividad.

En la tira XKCD le dedicaron a este ingrediente una tira la semana pasada y me reía con un “amigo melenudo” sobre este hecho.


No hay nada como la adictividad...
Además, los juegos que requieren mucho tiempo de aprendizaje son una putada, pues llega una edad en la que no dispones de tanto tiempo libre como para aprenderte los 57 controles, las 24 generaciones y ramificaciones o las 23 magias distintas a aplicar contra los 7 tipos de enemigos. Me encantaría tener tiempo para aprenderme más cosas, pero juro por la madre del topo que ya no me queda más tiempo. Esto ha hecho que haya caído sin remisión en el arcade a nivel medio, que eso de ponerse a jugar un rally y quedarse sin coche en la primera curva que derrapas más de la cuenta no mola.

Los juegos sin código que me contaron me recordaron después a uno que jugaba yo en el instituto con un amigo. La idea era tan tonta como usar la calculadora, teclear 1 + 1 darle al botón = y repetir el máximo número de veces posible = durante un minuto. Al final, el que tuviera el número mayor ganaba. Sí, el juego consistía en ser el más rápido dando al botón =, pero era una forma de divertirse y no tenían mucha más historia juegos fomo los de las olimpiadas cuando tenías que correr con el muñeco o levantar las pesas destrozando o el teclado o el joystick.


Daley Thompson's...
Así que, casi con cualquier cosa, puedes inventarte un juego que puede acabar en tragedia o en pique con tus compañeros. No será el primer juego que rompe familias, como el parchís o el monopoli sin tener interfaz 3D. Los que ellos me propusieron son:

El cursores
- Requisitos: MS-DOS
- Multiplayer 2 jugadores
- Objetivo: Sé más rápido que tu compañero pulsando teclas y llega antes a tu destino. Para ello se abre un editor de texto, por ejemplo el EDIT, se sitúa el cursor en el punto medio de la línea y se asigna un cursor a cada jugador (derecha o izquierda). El que consiga llevar el cursor a su lado gana.


Gráficos de "El Cursores"
Directorio Ruso
- Requisitos: Sistema Operativo
- Multiplayer: todos los jugadores que se deseen por turnos.
- Objetivo: Pega un tiro a tu sistema pero que siga vivo, pierde el que se lo cepilla. La idea es situarse con una pantalla en el directorio raíz del sistema y hacer un dir /s *.* -h para que se tiren por pantalla todos los archivos de todos los directorios. El jugador realizará una parada con Control+C en un instante de tiempo. El fichero o directorio en el que se pare la visualización deberá ser borrado. El jugador se apuntará tantos puntos como letras tenga el nombre del fichero. El juego termina cuando el sistema ya no arranque, o cuando el fichero que haya que borrar sea crítico en el sistema.


Graficos del "Directorio Ruso"
Al final está claro que el que no se divierte es porque no quiere….¿A qué has jugado tú sin necesitar nada complejo?

Saludos Malignos!