Ya estamos aquí de vuelta después de participar en la HackCon #4 en Oslo. Esto, que normalmente no significaría mucho ha sido un triunfo tras un viaje recompuesto a cada minuto y en el que cualquier parecido con lo que teníamos planeado una hora antes es pura coincidencia. Pero llegamos.
Viaje de vuelta
Y llegamos con una obsesión: Renos.
Después de descojonarnos recordando la historia de Gomaespuma con el Reno, “ese animal tan majestuoso”, nos dimos cuenta que los Reineers en Noruega son mucho más que un simple elemento turístico. Ya a la llegada quedaba muy gracioso ver la señal de “Cuidado con los Renos”.
No hicimos caso a las señales de aviso...
Nosotros, preocupados como estábamos por la charla no le hicimos mucho caso a las premoniciones. Llegamos el lunes a las 22:00 horas al hotel y curramos hasta, más o menos, la una de la mañana yo y hasta las cuatro Fernando, con lo que nos levantamos directos para la charla.
Por el camino nos dimos cuenta que Oslo era igual que España, con su sol, sus playas, su chiringuitos en la playa… cosa que cuando se lo dijimos en la conferencia les hizo mucha gracia y no sé por qué.
Dimos nuestra charla, nos metimos un poco con ellos, un poco con nosotros y decidimos que a las 12:30, después del cansancio acumulado del viaje, y las pocas horas de sueño, lo mejor era ir a comer algo y dormir la siesta… Y ahí empezó todo.
Fue como una premonición, sabíamos que no debíamos hacerlo, pero lo hicimos. Como en esas películas de serie B en la que estás viendo a la protagonista andar de espaldas hacia el armario y tú piensas: “Pero tía, ¡qué va a salir el asesino de ahí y te va a matar!”
Fue así, lo recuerdo a cámara lenta, con música de fondo a lo viernes 13 que yo podía oír en mi mente: “tssh, tssh, ahhh, ahhh” pero no pudimos reprimirnos:
- “Nos trae una botella de Rioja y dos Renos bien hechos”.
- “El mío que se llame Rudolf, por favor”, apostilló el Monaguillot.
El momento del renocidio
Y ahí comenzó todo, en ese momento en que nos comimos nuestro primer Reno... A partir de ahí todo fue entre tinieblas. Nos fuimos tambaleando a dormir la siesta, que, adecuándonos al horario nórdico, nos echamos de 14:00 a 17:00 horas y cuando nos levantamos… el paisaje había cambiado.
- “Vámonos, monaguillot, que a las 18:00 comienza la fiesta y hay bebida y comida gratis”.
- “Oye Chema, ¿te has fijado que en mi camiseta tengo un Reno? ¿Nos estarán persiguiendo?, ja,ja”
Inocentes de nosotros...
- “Venga Chema, ponte el batch que sin él no nos dan la priva y no te equivoques, tráete el de la Hackcon y no el de la ShmooCon que llevas en la maleta”.
- “Naa, es imposible, porque el de la ShmooCon tenía una figura.. que era…¿un Reno?”
El Reno de la ShmooCon
Nos miramos a los ojos al tiempo que el vecino del cuarto tocaba una terrorífica escala con el piano.
- “No es posible, si tengo un muñequito colgado de mi mochila con el log de la ShmooCon y yo juraría que …”
Otro reno más
Pero ahí estaba, otro Reno, mirándome con cara malvada. Por un momento pude ver como salían llamas de los cuernos y juraría que hasta le vi sonreír. El pánico se apoderó de nosotros y salimos corriendo de la habitación. No había nadie en el pasillo, no había nadie en el ascensor. Ya no estaban las rubias en minifalda como solían en la calle, y se podía ver un paisaje post-apocalíptico. Algo había sucedido.
Paisaje postapocalíptico de Oslo. Normalmente hay sol y buen tiempo...
Corrimos hasta el lugar de la conferencia, a refugiarnos en el calor de los cálidos vapores de la fiesta de la conferencia. Todo se volvió turbio y no sabemos cómo, aparecimos en New Jersey.
- “Yo he estado aquí Fernando, no te preocupes, sólo tenemos que ir a esa carnicería, a Satriale’s regentada por italianos y preguntar por la entrada al Bada Bing..”
- “¿Pero qué dices? ¡Estoy acojonado tío! ¡¡¿qué nos está pasando?!!”
- “Tranquilo, tú sígueme, sólo tenemos que pedir un favor a Tony y él nos ayudará a regresar sanos y salvos”
Tony no estaba, pero nos pudo atender Silvio.
- “Tranquilos chicos, el jefe no está, pero yo os puedo ayudar ¿capicce?”
De repente.. perdí el conocimiento y todo giró.. todo giró… y me desperté en un avión de Spanair… con los avisos de aterrizaje.
- “¿Chema? ¿Estás bien? Has venido moviéndote mucho…”
- “¿Eh?, sí, perdona…¿Dónde estamos?”
- “Estamos llegando a casa.. a Madrid. Oye, me ha gustado mucho la experiencia, pero tendría que aprender más de bases de datos… ¿qué me recomiendas?”
- “Bueno, lo mejor es que aprendas bien la teoría del diseño de bases de datos. Ya sabes, las normalización, con sus formas normales de Boyce Codd, etc.. yo recuerdo un libro que traía una herramienta para aprender bien a normalizar. Con esa herramienta tú creas las dependencias funcionales, y el programa, aplicando sistemas de reducción te genera las tablas para que se cumpla hasta la 3FN o la 5FN, ya no recuerdo, porque la 4FN y la 5FN eran para bases de datos multi evaluadas y no sé si estaban en el programilla, pero te busco el libro”.
Hoy he buscado el libro y me he dado cuenta de que todo sucedió realmente. Desde que comimos el Reno sellamos una maldición que nos perseguirá. Ahora, mientras escribo este post y sé que mi destino está sellado, he visto el recuerdo que me he traído de Oslo. Sí, es un Reno.
La maldición del Reno
Ya oigo sus pisadas, las cuatro, viene a por mí. Casi puedo sentir su aliento, ver su mirada asesina, ahí llega, noto sus cuernos golpeando la puerta, está aquí. Nunca debí comerme ese reno, aunque he de confesar que estaba riquísimo…. Me voy a enfrentar a mi destino….
Saludos Malignos!
Viaje de vuelta
Y llegamos con una obsesión: Renos.
Después de descojonarnos recordando la historia de Gomaespuma con el Reno, “ese animal tan majestuoso”, nos dimos cuenta que los Reineers en Noruega son mucho más que un simple elemento turístico. Ya a la llegada quedaba muy gracioso ver la señal de “Cuidado con los Renos”.
No hicimos caso a las señales de aviso...
Nosotros, preocupados como estábamos por la charla no le hicimos mucho caso a las premoniciones. Llegamos el lunes a las 22:00 horas al hotel y curramos hasta, más o menos, la una de la mañana yo y hasta las cuatro Fernando, con lo que nos levantamos directos para la charla.
Por el camino nos dimos cuenta que Oslo era igual que España, con su sol, sus playas, su chiringuitos en la playa… cosa que cuando se lo dijimos en la conferencia les hizo mucha gracia y no sé por qué.
Dimos nuestra charla, nos metimos un poco con ellos, un poco con nosotros y decidimos que a las 12:30, después del cansancio acumulado del viaje, y las pocas horas de sueño, lo mejor era ir a comer algo y dormir la siesta… Y ahí empezó todo.
Fue como una premonición, sabíamos que no debíamos hacerlo, pero lo hicimos. Como en esas películas de serie B en la que estás viendo a la protagonista andar de espaldas hacia el armario y tú piensas: “Pero tía, ¡qué va a salir el asesino de ahí y te va a matar!”
Fue así, lo recuerdo a cámara lenta, con música de fondo a lo viernes 13 que yo podía oír en mi mente: “tssh, tssh, ahhh, ahhh” pero no pudimos reprimirnos:
- “Nos trae una botella de Rioja y dos Renos bien hechos”.
- “El mío que se llame Rudolf, por favor”, apostilló el Monaguillot.
El momento del renocidio
Y ahí comenzó todo, en ese momento en que nos comimos nuestro primer Reno... A partir de ahí todo fue entre tinieblas. Nos fuimos tambaleando a dormir la siesta, que, adecuándonos al horario nórdico, nos echamos de 14:00 a 17:00 horas y cuando nos levantamos… el paisaje había cambiado.
- “Vámonos, monaguillot, que a las 18:00 comienza la fiesta y hay bebida y comida gratis”.
- “Oye Chema, ¿te has fijado que en mi camiseta tengo un Reno? ¿Nos estarán persiguiendo?, ja,ja”
Inocentes de nosotros...
- “Venga Chema, ponte el batch que sin él no nos dan la priva y no te equivoques, tráete el de la Hackcon y no el de la ShmooCon que llevas en la maleta”.
- “Naa, es imposible, porque el de la ShmooCon tenía una figura.. que era…¿un Reno?”
El Reno de la ShmooCon
Nos miramos a los ojos al tiempo que el vecino del cuarto tocaba una terrorífica escala con el piano.
- “No es posible, si tengo un muñequito colgado de mi mochila con el log de la ShmooCon y yo juraría que …”
Otro reno más
Pero ahí estaba, otro Reno, mirándome con cara malvada. Por un momento pude ver como salían llamas de los cuernos y juraría que hasta le vi sonreír. El pánico se apoderó de nosotros y salimos corriendo de la habitación. No había nadie en el pasillo, no había nadie en el ascensor. Ya no estaban las rubias en minifalda como solían en la calle, y se podía ver un paisaje post-apocalíptico. Algo había sucedido.
Paisaje postapocalíptico de Oslo. Normalmente hay sol y buen tiempo...
Corrimos hasta el lugar de la conferencia, a refugiarnos en el calor de los cálidos vapores de la fiesta de la conferencia. Todo se volvió turbio y no sabemos cómo, aparecimos en New Jersey.
- “Yo he estado aquí Fernando, no te preocupes, sólo tenemos que ir a esa carnicería, a Satriale’s regentada por italianos y preguntar por la entrada al Bada Bing..”
- “¿Pero qué dices? ¡Estoy acojonado tío! ¡¡¿qué nos está pasando?!!”
- “Tranquilo, tú sígueme, sólo tenemos que pedir un favor a Tony y él nos ayudará a regresar sanos y salvos”
Tony no estaba, pero nos pudo atender Silvio.
- “Tranquilos chicos, el jefe no está, pero yo os puedo ayudar ¿capicce?”
De repente.. perdí el conocimiento y todo giró.. todo giró… y me desperté en un avión de Spanair… con los avisos de aterrizaje.
- “¿Chema? ¿Estás bien? Has venido moviéndote mucho…”
- “¿Eh?, sí, perdona…¿Dónde estamos?”
- “Estamos llegando a casa.. a Madrid. Oye, me ha gustado mucho la experiencia, pero tendría que aprender más de bases de datos… ¿qué me recomiendas?”
- “Bueno, lo mejor es que aprendas bien la teoría del diseño de bases de datos. Ya sabes, las normalización, con sus formas normales de Boyce Codd, etc.. yo recuerdo un libro que traía una herramienta para aprender bien a normalizar. Con esa herramienta tú creas las dependencias funcionales, y el programa, aplicando sistemas de reducción te genera las tablas para que se cumpla hasta la 3FN o la 5FN, ya no recuerdo, porque la 4FN y la 5FN eran para bases de datos multi evaluadas y no sé si estaban en el programilla, pero te busco el libro”.
Hoy he buscado el libro y me he dado cuenta de que todo sucedió realmente. Desde que comimos el Reno sellamos una maldición que nos perseguirá. Ahora, mientras escribo este post y sé que mi destino está sellado, he visto el recuerdo que me he traído de Oslo. Sí, es un Reno.
La maldición del Reno
Ya oigo sus pisadas, las cuatro, viene a por mí. Casi puedo sentir su aliento, ver su mirada asesina, ahí llega, noto sus cuernos golpeando la puerta, está aquí. Nunca debí comerme ese reno, aunque he de confesar que estaba riquísimo…. Me voy a enfrentar a mi destino….
Saludos Malignos!
Oh my god...vas a tener que coger a 7 tios como ese del BMW y la estrellita del office e invitarlos a vivir a tu casa durante 7 años y escuchar sus fanfarronadas cada noche hasta las 4am... si no lo haces, mejor que no duermas, el reno te poseerá (en el sentido más doloroso)...
ResponderEliminarFdo. Jean Reno.
El reno está bueno?
ResponderEliminaryo quieroooooooooooooo
Vaya, cuando estuve en Finlandia, la noche que escogimos para ir a comer reno al restaurante de la escuela de restauración (era el sitio más barato y yo era estudiante) estaba cerrado, así que me tuve que volver a España sin probarlo... qué perro.
ResponderEliminarChemaaaa,
ResponderEliminarYa estás pervirtiendo a las nuevas generaciones de evangelistas? Qué malo eres.
probablemente el problema no estuvo en comer el reno, segun mis fuentes, esta maldicion se desata al ver cinco peliculas de Jean Reno seguidas http://gonzo22.files.wordpress.com/2008/07/jean-reno.jpg
ResponderEliminarBueno cuando la palmes ya avisarás
ResponderEliminarla verdad que me parece tan obvio y pelotudo a la vaz , el blog !
ResponderEliminarQUE HASTA LE AGARRE CARIÑO .. JAJA Y SI SOY OTRO LOCO SUELTO QUE QUERES , UNO DE ESOS QUE OPTAN POR EL LAPIZ Y EL PAPEL O EN TODO CASO LA NOTEBOOK , Y SE DESCARGA DE TODA LA MIERDA A TRAVEZ DE LA PALABRA , COSA QUE ME PARECE MAS CONVINCENTE QUE SALIR A LA CALLE CON UNA AMETRALLADORA Y MATAR UNO QUE OTRO BAGARTO, AUNQUE CONFIESO GANAS NO ME FALTAN ,PERO NO SE ASUSTEN CHE , LOS POLITICOS SON LOS PRIMEROS EN MORIR.
SEURAMENTE LEYENDO ESTO PENSARAN ,QUE BOLUDO ES ESTE PIBE ,PARA LO QUE YO HIMILDEMENTE RESPONDERE, LA CULPA NO TIENE EL PERRO ,SINO EL QUE LE DA DE COMER !! Y SAQUEN SUS PROPIAS CONCLUSIONES ...
PUTEENME SI QUIEREN JAJAJ , ASI ME DA MAS ALIENTO ...
EN FIN , SIN MAS GANAS DE ESCRIBIR ME VOY .