Hoy estoy convaleciente, cada vez me duele más el brazo derecho y, teniendo presente que soy diestro, es una putada, pero ha merecido la pena. Hoy hemos tenido el kickoff de i64, o mejor dicho, ayer hemos estado de fiesta y cachondeo en i64.
El kickoff es una idea importada de las grandes empresas que a mí, personalmente, me gusta. Es un día para pasar todos juntos, algo que sólo se produce dos veces al año: este día y el día de la cena de navidad.
Empezamos esta tradición al más puro estilo bronxtolita, yéndonos a un campo a hacer una parrillada e hincharnos de cerveza y kalimotxo hace ya más de 5 años. De ahí, decidimos pasar a algo que, fuera lo que fuera tuviera la posibilidad de refrescar el trasero, que la playa de Madrid, es decir, Valencia, nos pilla un poco retirado como para ir a diario en verano.
Pasamos a un día con desayuno, charla del boss, paintball, piscina, comida y copas. Esto estuvo bien, pero, descubrimos que tenía que haber cosas más divertidas y menos peligrosas que juntar a veintitantos locos con unas pistolas en un monte. Al final, un año pasó un accidente y a un compañero, debido a un fatal error de cálculo de distancias tuvimos que ponerle el apodo de “Tres pezones”.
Con la emoción de la F1 decidimos engancharnos a los karts e irnos a pasar el día a algún lugar en el que hubiera tres en uno: Barbacoa, Karts y piscina. Allí descubrimos que eso de competir sobre cuatro ruedas tiene su gracia… y su riesgo también.
A mí en concreto me sale una vena agresiva competitiva que no conocía con los karts. No veo, me enciego, entro en visión túnel y sólo veo una cosa: pasar al de delante. Soy más peligroso que Nakajima y Sato en un SuperAguri de los de antes con la puesta a punto hecha por Ralph Schumacher.
El año pasado hice un meritorio segundo puesto en mis tandas y, tras un final accidentado con una rueda, quedé 5 en la ronda final de los campeones de rondas anteriores. La experiencia me dejó tan animado que me llevé a varios amigos a montar a los karts del Xanadú durante los meses siguientes. Allí les quité las pegatinas a Luciano y mi amigo el Ale en un par de visitas.
Este año hemos competido en tres grupos con tres tandas cada uno y yo he disfrutado del ferrari. Un kart que corría más que ninguno, que zumbaba como un condenado y que en las rectas les fumigaba a los rivales. Me sentía como Alonso con el R25. El único problemilla que tenía el coche era que no frenaba una mierda. Y cuando digo que no frenaba una mierda quiero decir que no frenaba nada, vamos, que iba casi sin frenos. Era imposible detener el coche ni a dos por hora. Pero… ¿quién quiere frenar cuando se está compitiendo con karts?
En la primera y en la segunda tanda les he dado para el pelo a mis rivales con mi kart con óxido nitroso. Y me he ido invicto a la barbacoa/piscina. Después, por la tarde, antes de terminar teníamos la última ronda de los tres grupos. Como os podéis imaginar, alguno se había pasado con el papeo y la comida y no quería competir en su grupo, así que he aprovechado para correr dos veces: una en mi grupo y otra sustituyendo a un rajado en el grupo 1… y ahí vino el desastre.
Cogí mi máquina de matar, mi kart con la pegata de Vodafone sin número, con su óxido nitroso y sin frenos y me puse en la parrilla de salida. Ocho coches. Salía el cuarto por la zona sucia, por el exterior de la curva. Sin frenos, pero con la mirada túnel.
La bandera dio la salida y mi principal contrincante, Tony Manero, el ganador de las dos tandas anteriores de este grupo salía tercero. Antes de la llegada a la primera curva éramos segundo y tercero. Él por el interior y yo por el exterior nos merendamos al segundo.
La gente rugía en las gradas, pero sólo podíamos verlos agitarse. En primer lugar, con un dudoso peso reglamentario, el hacker malo Thor, alias señor FOCA, tomaba la delantera en primer lugar. Por detrás los lusers….
Así dimos la primera vuelta… y esto no podía continuar así. En la segunda vuelta, después de haber estudiado a Tony Manero, le ataqué en la chicán. Una maniobra arriesgada teniendo en cuenta que el coche no frenaba una mierda. Había que tirar de ruedas derrapando y pasarse un poco por dentro para aprovechar la velocidad punta del R25 en la parte de tracción, a la salida de la curva. El R25 se portó como un campeón aprovechando el hueco que Tony, al más puro estilo Fisichella, había dejado. Era segundo. A por Oca.
Oca tiraba, y aprovechaba la salida traccionada de las curvas debido a que su peso era inferior al nuestro. Yo le comía el culo en la recta de meta en bajada. Las ruedas chirriaban en cada curva que daba. Tenía que derrapar a muerte porque iba casi sin frenos. No conseguía más que ralentizar un pelín la marcha, que no frenar, cuando pisaba a fondo el hierro del kart. Iba a centímetros de Oca. Se mascaba la tragedia.
En la tercera vuelta se produjo el primer lance de carrera, en la chicán. Tras pasar a centímetros por la línea de meta llegamos a la primera curva. Es una curva rápida en subida, de izquierda, que enlaza con otra curva, aun más rápida, también de izquierda, que desemboca en la chicán. En esa curva bastaba con trazar bien, levantar el pie del acelerador un poco, meter el coche en la curva y, una vez negociada la curva, aprovechar el ancho de la calzada para salir pegado a la derecha y tirarse a muerte al pico de la siguiente curva. Una vez pasado el pico de esa segunda curva hay que frenar con el ancla, al estilo Valentino Rossi, sacando la pata si es necesario, para meter el coche por dentro en la chicán.
Oca primero y Alonso segundo por meta. La distancia en tiempos se mide en milésimas. Oca se abre menos en la primera curva para cerrarme la puerta. Yo me abro más para trazar amplio. Pasamos por la primera curva a centímetros y nos abrimos a la derecha. Rozamos los neumáticos de la derecha y nos tiramos al pico de la siguiente curva a muerte. A centímetros. Busco el interior de la chicán frenando todo lo que se podía con ese coche. Pero Oca me cierra y su coche frena más… Me lo como por detrás al estilo Nakajima y le desplazo un poco de la chicán dejándole en una mala posición. Adelanto y Tony Manero también. Oca está fuera de la lucha por la carrera.
A la salida de la chicán, ya con aire limpio y sin nadie que me moleste para pisar, tiro de motor y salgo a muerte. Tony Manero detrás de mí. En primera posición consigo dar dos vueltas, pero la distancia con Tony crece muy, muy despacio y el cansancio físico de todo el día hace que sea doloroso llevar el kart por las esquinas del circuito a todo trapo. Empezamos a doblar a pilotos luser. Tony me presiona.
En la recta de meta, en bajada, tiro a muerte para abrirme a la primera curva pero me puede la presión… y la cago. En lugar de abrirme y seguir la trazada amplia que permita a mi coche, sin frenos e hiper vitaminado, negociar bien la primera curva, me cierro por miedo a que Tony se me tire al interior de la curva por una trazada más corta y me lo coma. Craso error. La distancia con Tony era suficiente para negociar la curva con soltura pero ya no había vuelta atrás y me acerco peligrosamente a los neumáticos del lado derecho. ¿Conseguiré meter el coche en la trazada?
Ni de coña. Tiro de frenos, pero ni de broma se para el coche, me voy a salir de la pista por encima de los neumáticos. Y visto y no visto. En cuestión de décimas de segundo yo me encuentro empotrándome contra una pila de neumáticos y golpeándome violentamente en el lado derecho de mi cuerpo. Quemaduras, manchas y contusiones.
Regresé a pista dolorido, pero sólo para dar vueltas al circuito e intentar recuperarme para el siguiente grupo. En este grupo Tony era el rey y a mí me pudo la presión. En el siguiente grupo volví a ganar, no eran rivales para mi R25 y un mucho-más-precavido Alonso.
Ya en frío, el dolor es más intenso, y me doy cuenta de la pedazo de hostia que me he dado en la que he salido volando de mi asiento para comerme neumáticos. Ha sido dura, pero saldré de ésta. Las bajas en este día de fiesta han sido algunas más, alguna quemadura, alguna contusión dura, mucho colesterol de más para el cuerpo y un palo de billar roto (espero que no le haya pasado nada ni a la mesa de pin-pon ni a las timbas de cartas que se han organizado). Ha sido un día grande. Me gusta competir con esta gentuza, pero… tal vez cambiemos de formato de día para el año que viene…. ;)
¿A dónde os llevan a vosotros?
Saludos Malignos!
El kickoff es una idea importada de las grandes empresas que a mí, personalmente, me gusta. Es un día para pasar todos juntos, algo que sólo se produce dos veces al año: este día y el día de la cena de navidad.
Empezamos esta tradición al más puro estilo bronxtolita, yéndonos a un campo a hacer una parrillada e hincharnos de cerveza y kalimotxo hace ya más de 5 años. De ahí, decidimos pasar a algo que, fuera lo que fuera tuviera la posibilidad de refrescar el trasero, que la playa de Madrid, es decir, Valencia, nos pilla un poco retirado como para ir a diario en verano.
Pasamos a un día con desayuno, charla del boss, paintball, piscina, comida y copas. Esto estuvo bien, pero, descubrimos que tenía que haber cosas más divertidas y menos peligrosas que juntar a veintitantos locos con unas pistolas en un monte. Al final, un año pasó un accidente y a un compañero, debido a un fatal error de cálculo de distancias tuvimos que ponerle el apodo de “Tres pezones”.
Con la emoción de la F1 decidimos engancharnos a los karts e irnos a pasar el día a algún lugar en el que hubiera tres en uno: Barbacoa, Karts y piscina. Allí descubrimos que eso de competir sobre cuatro ruedas tiene su gracia… y su riesgo también.
A mí en concreto me sale una vena agresiva competitiva que no conocía con los karts. No veo, me enciego, entro en visión túnel y sólo veo una cosa: pasar al de delante. Soy más peligroso que Nakajima y Sato en un SuperAguri de los de antes con la puesta a punto hecha por Ralph Schumacher.
El año pasado hice un meritorio segundo puesto en mis tandas y, tras un final accidentado con una rueda, quedé 5 en la ronda final de los campeones de rondas anteriores. La experiencia me dejó tan animado que me llevé a varios amigos a montar a los karts del Xanadú durante los meses siguientes. Allí les quité las pegatinas a Luciano y mi amigo el Ale en un par de visitas.
Este año hemos competido en tres grupos con tres tandas cada uno y yo he disfrutado del ferrari. Un kart que corría más que ninguno, que zumbaba como un condenado y que en las rectas les fumigaba a los rivales. Me sentía como Alonso con el R25. El único problemilla que tenía el coche era que no frenaba una mierda. Y cuando digo que no frenaba una mierda quiero decir que no frenaba nada, vamos, que iba casi sin frenos. Era imposible detener el coche ni a dos por hora. Pero… ¿quién quiere frenar cuando se está compitiendo con karts?
En la primera y en la segunda tanda les he dado para el pelo a mis rivales con mi kart con óxido nitroso. Y me he ido invicto a la barbacoa/piscina. Después, por la tarde, antes de terminar teníamos la última ronda de los tres grupos. Como os podéis imaginar, alguno se había pasado con el papeo y la comida y no quería competir en su grupo, así que he aprovechado para correr dos veces: una en mi grupo y otra sustituyendo a un rajado en el grupo 1… y ahí vino el desastre.
Cogí mi máquina de matar, mi kart con la pegata de Vodafone sin número, con su óxido nitroso y sin frenos y me puse en la parrilla de salida. Ocho coches. Salía el cuarto por la zona sucia, por el exterior de la curva. Sin frenos, pero con la mirada túnel.
La bandera dio la salida y mi principal contrincante, Tony Manero, el ganador de las dos tandas anteriores de este grupo salía tercero. Antes de la llegada a la primera curva éramos segundo y tercero. Él por el interior y yo por el exterior nos merendamos al segundo.
La gente rugía en las gradas, pero sólo podíamos verlos agitarse. En primer lugar, con un dudoso peso reglamentario, el hacker malo Thor, alias señor FOCA, tomaba la delantera en primer lugar. Por detrás los lusers….
Así dimos la primera vuelta… y esto no podía continuar así. En la segunda vuelta, después de haber estudiado a Tony Manero, le ataqué en la chicán. Una maniobra arriesgada teniendo en cuenta que el coche no frenaba una mierda. Había que tirar de ruedas derrapando y pasarse un poco por dentro para aprovechar la velocidad punta del R25 en la parte de tracción, a la salida de la curva. El R25 se portó como un campeón aprovechando el hueco que Tony, al más puro estilo Fisichella, había dejado. Era segundo. A por Oca.
Oca tiraba, y aprovechaba la salida traccionada de las curvas debido a que su peso era inferior al nuestro. Yo le comía el culo en la recta de meta en bajada. Las ruedas chirriaban en cada curva que daba. Tenía que derrapar a muerte porque iba casi sin frenos. No conseguía más que ralentizar un pelín la marcha, que no frenar, cuando pisaba a fondo el hierro del kart. Iba a centímetros de Oca. Se mascaba la tragedia.
En la tercera vuelta se produjo el primer lance de carrera, en la chicán. Tras pasar a centímetros por la línea de meta llegamos a la primera curva. Es una curva rápida en subida, de izquierda, que enlaza con otra curva, aun más rápida, también de izquierda, que desemboca en la chicán. En esa curva bastaba con trazar bien, levantar el pie del acelerador un poco, meter el coche en la curva y, una vez negociada la curva, aprovechar el ancho de la calzada para salir pegado a la derecha y tirarse a muerte al pico de la siguiente curva. Una vez pasado el pico de esa segunda curva hay que frenar con el ancla, al estilo Valentino Rossi, sacando la pata si es necesario, para meter el coche por dentro en la chicán.
Oca primero y Alonso segundo por meta. La distancia en tiempos se mide en milésimas. Oca se abre menos en la primera curva para cerrarme la puerta. Yo me abro más para trazar amplio. Pasamos por la primera curva a centímetros y nos abrimos a la derecha. Rozamos los neumáticos de la derecha y nos tiramos al pico de la siguiente curva a muerte. A centímetros. Busco el interior de la chicán frenando todo lo que se podía con ese coche. Pero Oca me cierra y su coche frena más… Me lo como por detrás al estilo Nakajima y le desplazo un poco de la chicán dejándole en una mala posición. Adelanto y Tony Manero también. Oca está fuera de la lucha por la carrera.
A la salida de la chicán, ya con aire limpio y sin nadie que me moleste para pisar, tiro de motor y salgo a muerte. Tony Manero detrás de mí. En primera posición consigo dar dos vueltas, pero la distancia con Tony crece muy, muy despacio y el cansancio físico de todo el día hace que sea doloroso llevar el kart por las esquinas del circuito a todo trapo. Empezamos a doblar a pilotos luser. Tony me presiona.
En la recta de meta, en bajada, tiro a muerte para abrirme a la primera curva pero me puede la presión… y la cago. En lugar de abrirme y seguir la trazada amplia que permita a mi coche, sin frenos e hiper vitaminado, negociar bien la primera curva, me cierro por miedo a que Tony se me tire al interior de la curva por una trazada más corta y me lo coma. Craso error. La distancia con Tony era suficiente para negociar la curva con soltura pero ya no había vuelta atrás y me acerco peligrosamente a los neumáticos del lado derecho. ¿Conseguiré meter el coche en la trazada?
Ni de coña. Tiro de frenos, pero ni de broma se para el coche, me voy a salir de la pista por encima de los neumáticos. Y visto y no visto. En cuestión de décimas de segundo yo me encuentro empotrándome contra una pila de neumáticos y golpeándome violentamente en el lado derecho de mi cuerpo. Quemaduras, manchas y contusiones.
Regresé a pista dolorido, pero sólo para dar vueltas al circuito e intentar recuperarme para el siguiente grupo. En este grupo Tony era el rey y a mí me pudo la presión. En el siguiente grupo volví a ganar, no eran rivales para mi R25 y un mucho-más-precavido Alonso.
Ya en frío, el dolor es más intenso, y me doy cuenta de la pedazo de hostia que me he dado en la que he salido volando de mi asiento para comerme neumáticos. Ha sido dura, pero saldré de ésta. Las bajas en este día de fiesta han sido algunas más, alguna quemadura, alguna contusión dura, mucho colesterol de más para el cuerpo y un palo de billar roto (espero que no le haya pasado nada ni a la mesa de pin-pon ni a las timbas de cartas que se han organizado). Ha sido un día grande. Me gusta competir con esta gentuza, pero… tal vez cambiemos de formato de día para el año que viene…. ;)
¿A dónde os llevan a vosotros?
Saludos Malignos!
Me lo pasé teta ayer, gracias por invitarme Chema, se te ha olvidado nombrar las orgias de la piscina, roturas de camisetas, acrivillamientos contra becarios... aunque había uno muy duro criado en las calles del bronx con el que no pudieron entre 10... :). En definitiva un dia cojonudo, hoy quedan las agujetas y las heridas de guerra, que tras mis 2 accidentes en los cars (aunque quedé 2º en mi ronda jeje), han dejado una factura de quemaduras, cortes y un levantó de piel en la pierna y brazo derechos..., asi que creo que voy a pedir la baja esta semana :)
ResponderEliminarun abrazo!
A nosotros cena de empresa y disco-Dance xD
ResponderEliminarJoder spero que estés mejor lo Kars..son peligrosos
yo pal año que viene quiero un kartMION , que el de este año era canijo de cojones...
ResponderEliminarNo tiene nada que ver, pero por aqui me parecio ver un maligno:
ResponderEliminarhttp://www.20minutos.es/noticia/477295/0/virus/ordenadores/seguridad/
Saludos!!!
a mi no me llevas a los karts!!
ResponderEliminarya no me quieres... sniff, sniff...
Pues además de los karts, los quads son también divertidísimos. Pero una cosa nueva que descubrí este fin de semana fue http://www.depinoapino.com/
ResponderEliminarPara descargar adrenalina!!
Yo la verdad es que no tengo muy buen recuerdo de la última vez que estuve en un karting. Fue en Lloret de Mar, estaba de vacaciones, y para "divertirnos", nos fuimos a los karts. Todo iba bien, la verdad es que bastante bien, pero todo se torció cuando dos crios intentaron chulearme, e intentaron adelantarme uno por cada lado y a la vez.
ResponderEliminarResultado, loe eché a los dos de la pista, uno por cada lado. Lo siguiente que ocurrió fue que me echaron del circuito, ¡¡ Y A ELLOS NOOOO!!. Gentuza.
Aun tengo tus pegatinas del año pasado, cuanto te las arranque, ¿Te acuerdas? :P, en la segunda tanda rompi, eso si :(.
ResponderEliminarjjaja, me he reido muchisimo con este relato, ni el mismisimo calvo de la F1 lo contaria mejor, la proxima charla que vengas a dar por galicia, podiamos ir a uno, donde organizan competiciones muy guapas tambien.
ResponderEliminarSaludos Malign2