Pánico
Creo que ya os lo he contado muchas veces, pero hoy, tras hablar el viernes con un compañero, me ha venido a la mente este tema recurrente. El pánico a hablar en público.
Tras casi 15 años dando cursos, charlas y conferencias, hay quién pueda pensar que yo no pasé - y aún de vez en cuando paso - por esta fase. No es miedo lo que pasé cuando me tocó impartir mi primera clase en un curso de informática fue, como os he dicho, pánico. Creo que de los nervios fui incapaz de ingerir alimentos el día antes. Todo lo que comía lo vomitaba. La noche antes resulto completamente inútil intentar dormir, y pasé las horas dando vueltas en la cama, repasando al infinito todo lo que iba a contar y todo lo que podía salir mal.
Y eso sólo fue cuando daba mis primeras clases a grupos de 6 o 10 personas. Cuando ya iba consiguiendo que hablar a grupo de hasta 20 personas fuera normal y empezaba a sentarme como en mi salsa, me tocó dar una conferencia para Spectra. Sí, mis primeras charlas con Microsoft Technet. Primero en Valencia, durante la gira Microsoft Technet, para hablar de Office XP y SharePoint Server 2001, después en Barcelona, para hacer las demos en el lanzamiento de Windows XP, cuando aún contábamos con la versión Beta del producto.
Las historias las he contado mil veces, pero en Valencia tuve que irme a dar vueltas por la ciudad a partir de las 2 de la mañana. Los nervios eran tales, que no podía estar encerrado. En Barcelona, al hacer la maleta me olvidé de meter los calcetines y el cinturón del traje. Por aquellos entonces iba con traje, corbata y afeitado. Todo, a causa del pánico.
Después empecé a disfrutar de lo lindo, y llegó el momento de hablar en público en inglés. Y volví a tener pánico. Muchos de vosotros habéis seguido mis peripecias en este blog para ser capaz de dar una charla en inglés, con mi cutre-inglés. Tenía tanto pánico a hablar en inglés que me mudé a Londres, escribí la charla entera, se la hice grabar a mi profesor de inglés, la llevé en el coche durante meses y la canté entera más de 20 veces. La noche antes, en Amsterdam, estaba acojonado perdido.
El pánico a hablar en público es una putada al principio, pero creedme. Cuando ha pasado, lo que queda detrás es una experiencia cojonuda. Siempre me he acordado del anuncio de los juegos paralímpicos, en el que un atleta con sindrome de Down contaba su experiencia, con sus nervios, todo el mundo mirándole, y acababa diciendo: "Es genial" [ si alguien lo encuentra, please que ponga el link]
Es así, mola. Es genial cuando la gente te escucha, se ríe, aprende y te dice al final: “Gracias, me lo he pasado muy bien y he aprendido cosas”. Es algo reconfortante.
Sé que muchos de vosotros habréis estado o estaréis frente a esta sensación de pánico un día u otro. Será dando una clase, exponiendo en el aula delante de tus compañeros, presentando una oferta a un cliente, pasando un examen oral, dando una conferencia técnica o presentando los resultados de un proyecto ante clientes, compañeros y jefes. No pasa nada si tienes pánico las primeras veces, es normal.
Pero si consigues que tu pánico no te derrumbe y sigues trabajando para hacerlo lo mejor posible, seguro que llegas a fase 2 y disfrutas.
Para todos los que queráis aprender como se hace una charla antes de tiraros al barro, os voy a recomendar el blog de El arte de presentar. Es de nuestro amigo, y compañero de profesión, Gonzalo Álvarez Marañón que, con disciplina, arte y trabajo, consigue hacer que hasta la criptográfica cuántica sea fácil y divertida.
Saludos Malignos!
Tras casi 15 años dando cursos, charlas y conferencias, hay quién pueda pensar que yo no pasé - y aún de vez en cuando paso - por esta fase. No es miedo lo que pasé cuando me tocó impartir mi primera clase en un curso de informática fue, como os he dicho, pánico. Creo que de los nervios fui incapaz de ingerir alimentos el día antes. Todo lo que comía lo vomitaba. La noche antes resulto completamente inútil intentar dormir, y pasé las horas dando vueltas en la cama, repasando al infinito todo lo que iba a contar y todo lo que podía salir mal.
Y eso sólo fue cuando daba mis primeras clases a grupos de 6 o 10 personas. Cuando ya iba consiguiendo que hablar a grupo de hasta 20 personas fuera normal y empezaba a sentarme como en mi salsa, me tocó dar una conferencia para Spectra. Sí, mis primeras charlas con Microsoft Technet. Primero en Valencia, durante la gira Microsoft Technet, para hablar de Office XP y SharePoint Server 2001, después en Barcelona, para hacer las demos en el lanzamiento de Windows XP, cuando aún contábamos con la versión Beta del producto.
Las historias las he contado mil veces, pero en Valencia tuve que irme a dar vueltas por la ciudad a partir de las 2 de la mañana. Los nervios eran tales, que no podía estar encerrado. En Barcelona, al hacer la maleta me olvidé de meter los calcetines y el cinturón del traje. Por aquellos entonces iba con traje, corbata y afeitado. Todo, a causa del pánico.
Después empecé a disfrutar de lo lindo, y llegó el momento de hablar en público en inglés. Y volví a tener pánico. Muchos de vosotros habéis seguido mis peripecias en este blog para ser capaz de dar una charla en inglés, con mi cutre-inglés. Tenía tanto pánico a hablar en inglés que me mudé a Londres, escribí la charla entera, se la hice grabar a mi profesor de inglés, la llevé en el coche durante meses y la canté entera más de 20 veces. La noche antes, en Amsterdam, estaba acojonado perdido.
El pánico a hablar en público es una putada al principio, pero creedme. Cuando ha pasado, lo que queda detrás es una experiencia cojonuda. Siempre me he acordado del anuncio de los juegos paralímpicos, en el que un atleta con sindrome de Down contaba su experiencia, con sus nervios, todo el mundo mirándole, y acababa diciendo: "Es genial" [ si alguien lo encuentra, please que ponga el link]
Es así, mola. Es genial cuando la gente te escucha, se ríe, aprende y te dice al final: “Gracias, me lo he pasado muy bien y he aprendido cosas”. Es algo reconfortante.
Sé que muchos de vosotros habréis estado o estaréis frente a esta sensación de pánico un día u otro. Será dando una clase, exponiendo en el aula delante de tus compañeros, presentando una oferta a un cliente, pasando un examen oral, dando una conferencia técnica o presentando los resultados de un proyecto ante clientes, compañeros y jefes. No pasa nada si tienes pánico las primeras veces, es normal.
Pero si consigues que tu pánico no te derrumbe y sigues trabajando para hacerlo lo mejor posible, seguro que llegas a fase 2 y disfrutas.
Para todos los que queráis aprender como se hace una charla antes de tiraros al barro, os voy a recomendar el blog de El arte de presentar. Es de nuestro amigo, y compañero de profesión, Gonzalo Álvarez Marañón que, con disciplina, arte y trabajo, consigue hacer que hasta la criptográfica cuántica sea fácil y divertida.
Saludos Malignos!
8 comentarios:
Te sobra una "/" en el link al blog de Gonzalo.
Lo mismo me pasó a mi el día de presentar el PFM
que mal rato antes, pero luego te quedas genial
¿no se me notaron mucho los nervios, no?
Es igual que antes de jugar un partido de fútbol de algún campeonato..... Te dan hasta ganas de orinar :D pero una vez inicias se te pasa todo y no quieres que termine.
Alegra saber que gente como tu que tiene "los huevos pelaos" de dar charlas, también tuvo sus dificultades al principio :)
mmmm juraría que el video que dices es este, no Chema?
http://www.youtube.com/watch?v=3XRwe5gcZVI
@Anónimo, fixed.
@H, lo hicieste bien. };)
@SamuraiBlanco, es la presión mediática.
@Grifo, como todo el mundo, nunca es fácil al principio.
@Tragaldabas, ese es. Es fantástico.
Gracias por el comentario, de verdad, explica lo que muchos sentimos pero no hemos pensado con palabras! (soy el mismo que te dijo en el anterior que el vídeo era antiguo :P)
http://es.wikipedia.org/wiki/Miedo_esc%C3%A9nico
SamuraiBlanco, ahí llevas lo de la urgencia urinaria :P
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