Creo que ya os conté a todos el momento olímpico que sufrí aquel día en Bilbao
cuando me dejé mi computadora portátil en el control de metales del aeropuerto de Bilbao. Todavía tengo pesadillas en las que monto en el avión sin mi equipo. Pues bien, eso no fue nada con lo que me sucedió este jueves por la tarde y que demuestra lo que dice el título de este post:
Los milagros existen.
Digamos como preludio que me gusta viajar en tren por cuatro motivos. El primero de ellos es porque es más económico que el maligno-móvil, el segundo es porque conducir largas distancias me cansa y me aburre, el tercero es porque Atocha me pilla bien y el cuarto es porque me permite trabajar durante todo el viaje.
Es por esto que el jueves, cuando regresaba de la primera semana de la
Gira Up To Secure 2011 estaba volviendo en el tren de Cercanías de RENFE desde Atocha a Móstoles. Había quedado en que me fueran a recoger en una estación antes de la de Móstoles porque pilla muy cerca de la oficina, se aparca mejor para esperar a alguien y es justo la última antes del cambio de zona, con lo que te ahorras algo de tiempo y dinero.
A 2 minutos de llegar a la estación susodicha aún seguía enganchado con el teléfono móvil, en este caso enviando un mensaje de aclaración a alguien que no había entendido uno de mis exabruptos chistosos, con lo que estaba totalmente ensimismado con el cacharrín cuando sonó el aviso de
“Próxima estación…” ¡la mía!
Venía muy cansado de toda la semana, así que salté de mi sitio, pillé la maleta y me bajé del vagón y empecé a andar por el andén mientras veía que el tren partía…. y fue en ese momento, cuando el tren ya estaba en movimiento cuando reparé en que en mi espalda faltaba un peso de unos 4 kilos…
¡miiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiieeeeeeeeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrda!!! Me había dejado la mochila en el tren con mi computadora portátil, los discos de backup, la cámara de fotos y lo que es aún peor, el libro de las Historias de la cantina de Moss Eisley.
Como os podéis imaginar el pánico se apoderó de mí y empecé a correr como un cosaco con la maleta por todo el andén mientras apartaba paseantes. Mi cara pasó de ser el Dr. Jekyll a la más negra de sus versiones mientras mi mente trataba de pensar:
Operación candado, operación candado, operación candado…La verdad es que no sé ni si lo llamaban así, pero siempre me descojonaba cuando en el programa de Gomaespuma alguien perdía un teléfono – o un jamón – en un taxi y lanzaban una operación de recuperación desde la radio para buscar al taxista susodicho. Yo estaba pensando en cómo conseguir que mi mochila con mi computadora consiguiera llegar a mis manos tras pasar por las estaciones de Móstoles y Móstoles -El Soto. Como os podéis imaginar, la tarea se me antojaba épica en ese momento.
Saqué el teléfono móvil y marqué a
Eventos Creativos, ellos son la agencia que me coordina toda la Gira Up To Secure 2011 y esto era un incidente con la gira, así que marqué y en menos de 30 segundos dije:
“AcabodedejarmeelportátileneltrenquevaallegarahoraamóstolesllamadalaestacionparaquelorecojanqueyoibaenelúltimovagónllevabaunamochilanegradeMVP”Tras un
“¡Joder!” rápido me colgaron para ponerse manos a la obra mientras yo alcanzaba la ventanilla de la estación. El tren ya debería estar a menos de 2 minutos de llegar a Móstoles. Con voz melodiosa repetí:
“AcabodedejarmeelportátileneltrenquevaallegarahoraamóstolesllamadalaestacionparaquelorecojanqueyoibaenelúltimovagónllevabaunamochilanegradeMVP”Dentro de la estación había tres mujeres que me miraron asombradas. Una de ellas estaba hablando por teléfono en ese instante.
“¿Cómo? No te entiendo nada, ¿puedes repetirlo más tranquilo?”“Acabo de dejarme el portátil en el tren que va a llegar ahora a Móstoles llamad a la estación para que lo recojan que yo iba en el último vagón llevaba una mochila negra de MVP”Primer MilagroMe miraron asombradas y la que estaba hablando por teléfono me dijo:
“Ahora mismo estoy hablando con la última estación, yo les digo que la recuperen, pero si alguien se la lleva en Móstoles… no podemos hacer nada, vete a Móstoles El Soto volando”.Dicho y hecho, salí a la calle corriendo mientras llamaba a la oficina de i64.
“¿Qué pasa Chema, ya de vuelta?”No sabía que decir, corría hacia el coche que me esperaba mientras trataba de no juntar las palabras para que me entendieran…
“Me acabo de dejar la mochila con la computadora en el tren, voy a por ella al Soto, pero rodead la estación de Móstoles con gente del SOCtano por si alguien se la lleva en Móstoles”Repitieron la frase del momento…
“Joder! Vamos corriendo”A esto yo abría las puertas del coche mientras pensaba que el tren debía estar a escasos segundos de llegar a la estación de Móstoles.
“Rápido, a la estación de Móstoles - El Soto, que me he dejado la mochila en el tren con la computadora”..“¡Joder!”, dijo el conductor y arranco haciendo sonar las ruedas.
Por el camino yo solo sabía decir
“joder, joder, joder, joder,…” mientras llamaba a los elementos que había puesto en movimiento.
“Están avisados en la estación de Móstoles - El Soto, aún no ha llegado el tren a la última estación y hemos llamado a Objetos Perdidos de la Renfe para avisar de cómo es la mochila”, me informaron desde Eventos-Creativos.
Segundo Milagro“Chema, estamos desplegados 4 personas alrededor de la estación, sale mucha gente, pero no hemos visto a nadie con la mochila de MVP”, me informaban desde i64.
Mientras, yo me acercaba a la estación de Móstoles-El Soto a toda velocidad y pensaba para mí:
"¿Cuántas posibilidades hay de que una mochila con una computadora portátil pase por Móstoles y Móstoles - El Soto sin que nadie se la lleve a su casa para darle una nueva vida? ¿Alguna habrá, no? Hay gente buena por el mundo, o … tal vez nadie haya reparado en ella", me auto-consolaba,
"o lo mismo…" De repente la estación se podía ver desde lo alto de un puente.
“Tenemos que dar la vuelta por ahí para entrar” me señaló el conductor a una calle que estaba atascada de coches.
“No hay tiempo”, dije mientras saltaba del coche aún en marcha para empezar a correr como un poseso en dirección a la estación.
La distancia era de más o menos un kilómetro y creo que batí la plusmarca de la distancia con guardia de seguridad del Carrefour detrás que hay en Bronxtolex, para llegar a la ventanilla de la estación exhausto. Era el momento de la verdad, ver si todos los movimientos de la operación candado habían dado algún fruto.
“Hola, vengoaporunamochillaqueheperdido”Una chica rubia me miraba desde detrás del cristal y me decía:
“Tranquilo, tranquilo. A ver, ¿cómo es y que llevaba?”, me interrogó.
Yo, con pocas ganas de jugar me temí lo peor. Pensé que me lo estaba preguntando para que hiciera una ficha o porque iba a llamar a alguien a ver si había visto algo. Me vine un poco abajo, pero comencé a decir:
“Es negra y llevaba dentro un ordenador portátil con pegatinas de …” y de repente la ví. Ahí estaba, en el suelo, detrás del cristal.
Ella, guapa, sexy, negra, preciosa……….. y empecé a saltar mientras la señalaba.
Tercer Milagro“¡Es esa, es esa, es esa, es esa!”. La gente de la estación me miraba. Ver a un melenas con un gorro de rallas saltar como Pocoyó delante de la ventanila de la RENFE debía de ser todo un espectaculo para ellos, pero par mí, el mundo se había reducido a esa linda mochila amorosa, que me sonreía con ternura mientras, con su mirada, me decía:
"Tranquilo Chema, todo ha sido un susto, no te pongas nervioso, ya pasó"Esta aventura terminó bien, y tras repasar todos los pasos mentalmente no sé si hubiera podido hacer más por recuperarla en tan breve espacio de tiempo, ya que todo pasó en 10 minutos. No sé si fue porque nadie la vio, por la paranoia de las mochilas en los trenes, porque la mujer estaba hablando con la estación cuando yo llegué, por la rápida reacción desde Eventos Creativos, o por los tipos que vigilaban la estación de Móstoles por si alguien salía con ella a la espalda, o símplemente que el destino no quiso que esta vez me dejara mi mochila, pero este post está siendo escrito desde mi ordenador y la mochila me mira con esos ojos que se tienen después de haber vivido mucho.
Saludos Malignos!
PD:
Si alguna vez te has visto en una de estas situaciones... sabes lo que se sufre.