Uso responsable de las comunicaciones personales

Desde siempre he sido una persona inquieta. Me he pasado los minutos del día pensando en qué nuevas cosas hacer, en qué fantasías se podrían construir o qué nueva aventura en la que gastar tiempo. Mi ADN me lleva a querer hacer cosas y más cosas, siempre un nuevo charco en el que meterme y del que os voy contado por aquí durante los últimos nueve años.

Entre todas las cosas que hago y que os cuento, procuro siempre sacar algo de tiempo para contestar todos los mensajes de correo electrónico que recibo, pero los momentos que consigo para sentarme frente al cliente de correo electrónico o responder desde el mismo teléfono en cualquier rincón del mundo en el que me encuentro son limitados. A veces la sensación es como luchar contra un torrente inacabable de comunicaciones y muchas veces os he hablado de ello.

Si a los mensajes de correo electrónico que me llegan directamente sumo las menciones por Twitter, los mensajes o comentarios que me hacen Facebook, Google +, los correos internos que me llegan por Linkedin y los comentarios que se hacen en todos y cada uno de los posts del blog - y son más de 3.000 ya -, la batalla la tengo perdida antes si quiera de que pueda plantearse, así que si no te he contestado a algo, te pido disculpas y que entiendas el porqué.

Muchos de los correos los respondo con algún enlace de algún post publicado en El lado del mal, así que todos aquellos de vosotros que antes de haberme enviado un mensajes de correo electrónico, un mensaje por Twitter o un tam-tam habéis dedicado un minuto a buscar en mi blog si ya había dicho algo de eso, os lo agradezco encarecidamente. Gracias.

De todos los mensajes que llegan, aquellos que provienen de gente que me siguen pidiendo que hackee cosas merecen acabar en mis presentaciones para escarnio público, pues después de haber dicho cientos de veces mi opinión al respecto, me siguen llegando mensajes de tipo "Tengo el móvil de mi novio en mis manos, ahora necesito sacar el WhatsApp, ¿cómo lo hago? ¡¡rápido, que viene!!".... o "¿me ayudas a conseguir un expediente médico del equipo de un doctor?"

Figura 1: Hackea a mi novia que no soy un enfermo y te deberé un favor

De estos con urgencia, los peores son los que me hacen un ataque recursivo y me ponen un twitt del tipo: "Sígueme para que te mande un DM y me des tu e-mail para ponerte una pregunta, rápido".

Por supuesto, en ese momento detengo toda actividad que esté haciendo: "Perdonad que abandone esta reunión, pero alguien llamado *Whatever* en Twitter me ha pedido que le haga un follow y le pase mi correo electrónico electrónico porque me va a pasar una pregunta que tengo que resolverle sobre algo muy importante y esto es algo que solo yo y Cálico Electrónico podemos hacer. Lo siento, ya haré mi trabajo otro día."

Los "mejores" siguen siendo aquellos que me sacan de cuadro y hacen que me pare en Eleven Paths a leerlos a los compañeros. Algunos de ellos son los que me piden respuestas de lo más curiosas, como mi opinión en general sobre cosas tan concretas como "La seguridad en general en Internet", o sobre temas de gran calado estructural en Internet cómo mi opinión sobre "los servidores de juegos ilegales en Internet que son atacados por cheaters enfadados, ¿podrías defendernos?", o alguna de importancia para todo el mundo del tipo "tengo que hacer un trabajo para clase de *pon-aquí-tus-deberes*, ¿podrías escribir algo sobre esto mañana en tu blog?".

Figura 2: Preguntas rápidas, respuestas largas.

Y por supuesto las peticiones de soporte al uso, tipo "Chema, me he comprado un equipo portátil XXXX, y tengo un problema con el Flash cuando visitos webs en la distro de Ubuntu XXX que he configurado, ¿tú sabes si puedo poner arranque dual con Flash en estos equipos o debería usar una ISO en un pendrive para hacerlo. Es que la última vez que lo hice así me fallaba el driver de la tarjeta de sonido. En aquel entonces lo hice con BackTrack. ¿Sabes por qué? Espero pronta contestación."

Os prometo que aún así intento contestar todos los mensajes con la mejor de mis actitudes. Si no puedo ayudar pongo un "lo siento no puedo ayudarte con esto, busca en Internet a ver qué encuentras", para ver si la gente se anima a seguir la senda de la autoformación, tan importante en los planes de la UNESCO de conseguir que la gente se adoctrine en que el aprendizaje es para toda la vida.

En mis tiempos el correo electrónico se utilizar para A) cosas importantes de trabajo o universidad, B) comunicarte con los amigos y C) ligar. Hoy en día, la opción A se ha multiplicado por 100 pero debería ser en el ámbito laboral, la parte B debería ser sustituida por las redes sociales y las comunicaciones móviles de quién sea tu amigo - y tenga tu número de teléfono - y la C) ... bueno, ya sabéis, hay de todo en Internet para ello.

Dicho esto, escríbeme tantos e-mails como quieras, no te sientas para nada cohibido, pero intenta hacer un uso razonable de los mensajes teniendo en cuenta cuatro reglas muy sencillas extrapoladas de la Netiquette de Internet:

1) No me dedico a hackear a nadie porque tú lo necesites o quieras.
2) No doy soporte por e-mail a los problemas de tu día a día con la informática
3) Es probable que ya haya hablado de eso en el blog.
4) Yo también trabajo y procuro tener algo de vida - muy poca, lo juro -.

Si has comprobado las cuatro reglas básicas y entiendes que el correo electrónico es un sistema asíncrono que contestaré cuando tenga un hueco - no hace falta que me indiques con un twitt que me has enviado un e-mail o que me envíes otro e-mail si no te he contestado en poco tiempo que yo evito el ePingPong -, entonces estás haciendo un uso responsable de las comunicaciones personales y estaré más que encantado de recibir tus mensajes de correo electrónico y contestarlos con la mejor de mis actitudes.

Saludos Malignos!