No he sido mal estudiante, al menos siempre se me dieron bien las asignaturas de ciencias - y por supuesto las matemáticas -, pero ni mucho menos he sido o soy una mente privilegiada. He tenido que estudiar y ser constante. He tenido que trabajar para sacar mis estudios. He suspendido y he aprobado. He suspendido exámenes que había estudiado durante mucho tiempo. He sido un estudiante más en mi colegio, instituto o universidad.
Figura: Lee para vivir más y mejor preparado. |
Pero como no tenía otra opción que sacarme mis estudios, cuando he suspendido he vuelto a repetir los contenidos. Cuando no he entendido algo he tenido que volver a leerlo. Volver a estudiarlo. Hacer más ejercicios. Más aún si era necesario. Tenía que sacarme los estudios, pero lo más importante era que tenía que aprender las cosas. Aprender cómo se hacían, cómo se resolvían los problemas. De nada valía sacar una asignatura de las que me gustaban si no había entendido los contenidos. Era mejor estudiar después de haber suspendido justamente.
Pero cuando se acaban los estudios y comienzas a trabajar, el tiempo de estudiar no ha acabado. Ni mucho menos. Hay que seguir día a día aprendiendo. Algo que hace que esta profesión sea más bonita que ninguna otra para mí. El saber que siempre hay un campo de posibilidades infinito en el que aprender nuevas cosas. Es genial.
Para ello hay que desarrollar una capacidad de aprendizaje que te va a venir espectacularmente bien en tu futuro. Hoy en día le denotan a eso los que hacer perfiles profesionales con el término de "Learnability", pero no es más que la capacidad de aprender cosas nuevas por tu cuenta. Tú solo, con tus capacidades, aprendiendo lo que haya que aprender para conseguir tus objetivos.
¿Y cómo se desarrolla esa capacidad?
Pues no hay más misterio que hacer el camino andando. Como os dije, lo mejor para encontrar trabajo es comenzar a trabajar desde ya, así que lo mejor para aprender a aprender es ponerse a aprender desde ya. Ponerse un objetivo y trabajar para conseguirlo. Ir descubriendo la forma en la que mejor aprendes, la forma en que mejor consigues que se formen conexiones en tu cerebro para aumentar el nivel de tu cerebro con nuevas capacidades.
En mi caso concreto, con la distancia que dan los años, os puedo decir que, sin duda, la capacidad que me ayudó más a ser capaz de aprender cosas nuevas todos los días es una habilidad que desarrollé cuando era niño. Desde muy, muy, muy pequeño: La lectura.
Leer se convirtió en mi compañero inseparable desde muy pequeño. Comencé con los comics. Siendo un niño los Reyes Magos siempre me traían a mí y a mi hermano un Super Humor de Mortadelo y Filemón. Era lo mejor de los regalos. Leer cómics desde pequeño fue una rutina que me ayudó a concentrarme a desarrollar la imaginación, a ser capaz de seguir una historia y el curso de los acontecimientos leyendo letras. En aquel entonces eran Mortadelo y Filemón y su máquina del Cambiazo o con el Mundial 78, o con Valor y al Toro....o...
Bueno, podría seguir al infinito. Creo que he leído prácticamente todas las aventuras de Mortadelo y Filemón. De hecho sigo comprando los comics cada vez que salen, y he ido a hacer cola para conocer a Ibáñez y presentarles a mis hijas al hombre que me introdujo en la lectura.
Siendo más mayor, mi madre me metió con las aventuras de los Hollister, con Gloria Fuertes y su Dragón Tragón, o los comics de superhéroes que mi madre nos compraba a mi hermano y a mí cuando se iba a trabajar y no nos podía dejar con nadie. Nosotros nos sentábamos a leer en el cuarto de servicio donde laboraba mi madre a leer cómics. Con esos comics íbamos luego a una tienda de frutos secos donde te cambiaban los tebeos. Solo tenías que pagar 20 pesetas y dejar un cómic, para poder cambiarlo por otro y seguir leyendo.
Más tarde llegaría a mi casa la colección de libros de Julio Verne como regalo de la enciclopedia que mis padres compraron cuando yo iba a entra en el instituto. Libros de aventuras con ciencia ficción que me metieron de lleno en un universo nuevo. El amo del mundo, 20.000 leguas de viaje submarino o Viaje alrededor de la luna fueron mis primeros libros del gran Jules.
Y ahí se acabó todo. Desde los trece años el hábito de la lectura fue mi compañero constante. En el banco del parque mientras sacaba a pasear a mi perrito. En las noches antes de dormirme. En el autobús para ir al instituto. En tren y el metro para ir a la universidad. Incluso en la obra, cuando trabajé de pintor, de barnizador y de albañil, aprovechaba para leer en los descansos y en las comidas. Siempre un libro encima.
Leer es uno de los mejores recuerdos de mi infancia. Acompañar a los tres mosqueteros capítulo a capítulo en un folletín infinito para salvar a la reina. Las aventuras escritas por Arturo Pérez Reverte que siempre enganchaban, los textos maravillosos de Eduardo Mendoza, o las aventuras únicas de Andreú Martín, que era capaz de matarte con historias como Protesis o El señor Capone no está en casa.
Pero también los best sellers. Como no. Stephen King era siempre un seguro. Sus desdoblamientos de personalidad en la mente de los antihéroes han hecho que conozca el condado de Maine sin haberlo visitado nunca. Robert Ludlum y sus historias con la suplantación del papa en Gandolfo, las tramas médicas de Robin Cook con Coma a la cabeza, los libros de guerra de Frederick Forsyth como Los perros de la guerra o Chacal. Mary Higgins Clarck, Tom Clancy, ... en fin. Dí tu el autor y te digo lo que me he leído de ellos.
Leía como si no hubiera un mañana, desde los clásicos como El Quijote, Frankenstein, Un mundo Feliz o Drácula, hasta las aventuras más modernas como El código DaVinci o la última historia del Capitán Alatriste, pasando por las aventuras de James Bond, libros de Tarzán o aventuras de Isaac Asimov y sus robots y de Arthur C. Clarke.. Y, por supuesto, para aprender inglés las novelas de Star Wars - de las que creo que he leído más de 50 libros distintos (Tengo la colección completa de Martínez Roca - para los entendidos).
He leído y me ha hecho vivir más. He visto cosas que nunca más volveré a ver. He visto las batallas de Napoleón en los ojos del grupo de desertores españoles que planteaba el gran Reverte en su Sombra del Águila. He visto a Alejandro Magno cruzar Asia y conquistar Egipto en los ojos de Valerio Massimo Manfredi. He visto como lloraba Frankenstein por tener un amigo a ojos de Mary Shelley o cómo era la Lluvia amarilla de Julio Llamazares. He seguido la sombra del viento con Carlos Ruiz Zafón o cómo se construyó la dichosa catedral de Los pilares de la tierra a través de las miles de páginas de Ken Follet, pero también sus libros de aventuras y espías anteriores.
Hemingway, Edgard Allan Poe, Anne Rice, Arthur Miller, J.R.R. Tolkien, Pio Baroja, Unamuno, Dashiell Hammett, Kafka, Arthur Conan Doyle y su impagable Sherlock o Patrick Süskind y la lectura olfativa de su Perfume que te mantiene en vilo hasta el final, al estilo de un antiguo Dexter.
Leer es genial. Es barato. Es divertido. Vives más. Aprendes mucho. Pero lo mejor es que me ayudó a desarrollar una capacidad de concentración y de interpretación de los textos. Aprender a entender las palabras, lo que dice, y lo que quiere decir realmente el autor. Aprender a seguir el hilo de la historia manteniendo en la cabeza los hechos relevantes. A visualizar la escena a cámara lenta en mi cabeza para poder ver con todo lujo de detalles.
Leer desarrolla capacidades difíciles de adquirir de otra forma. Las personas con hábito de lectura que encuentro en mi camino suelen tener algo distinto. Algo único en su forma de ver el mundo, en su forma de afrontar novedades, lo desconocido. Tienen una habilidad que les permite aprender cosas nuevas. Como dicen, leer es la forma de actualizar el software del cerebro.
En estos días que llevo de vacaciones he aprovechado todo el tiempo que he podido para volver a revolcarme en el placer de la lectura por encima de reuniones de trabajo, asuntos profesionales o temas personales. Y es genial. Creo que se me está yendo la mano devorando los libros, pero si os tuviera que dar un consejo para mejorar vuestras capacidades de aprendizaje sería éste: lee.
Saludos Malignos!
Hola
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo. Aunque cada uno tiene su método, la lectura y el dibujo (dibujar para hacer mapas mentales, para entender el enunciado de un problema...) son herramientas valiosísimas que hay que cultivar.
Gracias por tus post
Me hiciste el día Chema
ResponderEliminarA veces uno olvida ser constante
Un abrazo maligno
Gracias por el post!
Los libros son viajes desde tu sillón favorito.
ResponderEliminarSaludos desde México. @georgemalo
De modo que ¡Tengo razón! Nadie que haya leído libros útiles -y algunos inútiles- ha perdido el tiempo. Es un hábito que nos mejora la vida.
ResponderEliminarSaludos desde Tlaxcala, México.
Magnificamente maligno, costosamente superable.
ResponderEliminarEste es tu mejor blog de la historia. Enhorabuena! Ahora sí que me rindo.
ResponderEliminarwow, hola, me hiciste el día.
ResponderEliminarMe recordate a mi infancia maligno
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Chema,muchas gracias por tan valioso consejo.
ResponderEliminarUn saludo
Bravo, Chema. Por demostrar que el libro no sólo es compatible con la pantalla, sino que es esencial para dominarla, de cara y sobre todo, desde dentro. Y todo en un castellano rico y ameno. Espero que sirva, si no de lección, como motivó de reflexión para quienes sobrevuelan los conocimientos por la exclusiva vía electrónica, con el pretexto de que " todo está ahí, ya lo buscaré cuando lo necesite" y no son más que cascarones vacíos, tan mecánicos e inertes como la máquina que manejan.
ResponderEliminarBravo. Seguro que alguien ha despertado, ha dejado de sonar con ovejas eléctricas....
Leer perjudica seriamente a la ignorancia.
ResponderEliminarGracias
hace como un año quue no leia y ultimamente leo muy lento.agilizare creo yo. y con respecto a informatica, me estoy instruyendo, leere mucho y sere uuna genio, chema buen texto, me dio energia para iniciar este camino.
ResponderEliminarEn esta pagina o los que recurrimos al blog del muy estimado Chema ya tenemos una edad de conocimientos y experiencias , pero , lo que mas me preocupa es la juventud de estos dias...chavalines que quieren hacker y crackear jugando video juegos asi como copiando y pegando ...para ellos la prueba y el error no existe , lo cual se aburren rapido y el no entiendo esta a la orden del dia .
ResponderEliminarGracias por el conocimiento otorgado a estos navehantes Chema ..abrazos grandes .