Ayer tuve la ocasión de pasar un día interesante con Mi Survivor, yendo a comprar unos Hatchimals, después yendo a un taller de programación de robots, ratones y abejas, para continuar con una representación moderna de "El nuevo traje del Emperador" en el teatro San Pol de nuestra querida ciudad de Madrid.
La obra es una adaptación moderna del cuento de Hans Christian Andersen en las que el Emperador, lleno de defecto, hace gala de ellos. Hace gala de la Avaricia, ya que se gasta todo el dinero del pueblo pensando solo en disfrutarlo él, de la Vanidad, ya que solo piensa en ser el mejor vertido, de la Envidia, pues solo quiere tener más que lo que tienen los demás y la Soberbia, pues es incapaz de reconocer un defecto, fallo o error, como el de la Ignorancia.
Estos defectos son explotados por un par de malandrines malhechores "scammers", que le convencen de que le han hecho el mejor vestido del mundo, hecho con una tela que solo las personas inteligentes son capaces de ver, por lo que, ni el Rey, ni sus consejeros, son capaces de reconocer que no hay ningún traje, ya que eso significaría que no son inteligentes. En la foto de abajo, sonriente, el consejero del Rey que no reconoce que no ve el traje, junto a la madre del Rey que lo malcrió.
Por supuesto, el Emperador sale desnudo, y al final es un niño el que dice eso de "Mirad, el Emperador va desnudo", momento en el que todos se ríen y disfrutan de la situación con sorna y descaro. Una metáfora para la vida, que también se representa con gran fidelidad en el mundo de la empresa. Y muchos emperadores salen desnudos.
No es raro, que un Emperador, o sea, un jefe, jefazo, o super-jefe, salga a un escenario, o se embarque en un proyecto, o contrate a alguien, para comprar un "traje" que solo ven los inteligentes. Los visionarios del mundo de los negocios. Los grandes estrategas. "Whatever". Es algo tan común, que seguro que muchos de los que estáis leyendo esto conocéis una situación similar.
Decía un amigo mío, al que quiero de verdad a pesar de que su sensibilidad en la entrega de "unsolicited feedback" es la de un ariete intentando derribar las puertas de una muralla, que su trabajo consistía en ser el niño que decía eso de "El Rey está desnudo", y que las empresas no están preparadas para ello.
Lo cierto es que es verdad que ser el que dice esas cosas no suele ser el que más fortuna consigue en el mundo de los negocios, pero es que lo que tiene valor en la empresas no es ser el niño. Ni tampoco el analista que, explica el pasado con una soltura maravillosa, donde demuestra que sabe por qué triunfan o fracasan las empresas o proyectos. Tampoco tiene valor, porque "A toro pasado....", o como dicen en inglés "hindsight is always 20/20"
Lo que tiene valor es ser el personaje que no sale en el cuento. El ser la persona de confianza del Rey capaz de desafiarse a si mismo y decirle al Rey que no hay vestido alguno. Es decir, alguien que se arriesgue a exponerse a todos para evitar que el Rey salga desnudo. No tiene valor decir que el Rey está desnudo cuando ya lo ve todo el mundo, ya está hecho el mal, tiene valor "evitar" que el Rey salga desnudo.
En cualquier empresa, en cualquier grupo de trabajo, en cualquier proyecto, las personas que tienen valor son las que analizan todo, se retan a sí mimos y a su conocimiento, reconociendo sus limitaciones (no ver la tela) pero trabajando para entender exactamente el "Porqué" de que no la vea. No hay que ser el niño, hay que ser el consejero que no sale en el cuento que evita que su Rey salga desnudo.
Saludos Malignos!
En estos tiempos la práctica del yoismo, egoísmo están a full.. difícil tarea la que tiene el ser humano y no hacer humano..
ResponderEliminarLa conclusión que expone sobre todo el articulo es formidable y da gusto leer a personas que enseñan sensatez... los valores del ayer se han perdido y hoy impera el egocentrismo donde ya no hay ni personas al lado para que nos engañen, ya que nos engañamos solos creyendo que llevamos un trage que no es tal.. estas palabras suyas dicen mucho de usted..
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCoincido contigo en el papel principal que debería tener el consejero del rey, quien no sale en el cuento y evitaría que aquel saliera desnudo.
ResponderEliminarPero el problema es cuando llegas a una empresa y hay un rey, o reina, no ya desnudo, o desnuda, sino bailando en pelota picada encima de la mesa de reuniones y agitando ostensiblemente sus partes (superiores o inferiores según sea rey, o reina).
Aquí ya no queda otra que o ser plebeyo sumiso y callar, o largarte, sin decir ni mu, claro. Porque el rey suele tener aliados en otros reinos cercanos y aunque estos vistan correctamente no les suelen gustar las revueltas contra los de su rango, aún siendo ciertas las críticas que, por otro lado, tampoco vas a poder (o querer) ir demostrando en tu nuevo rumbo a otros reinos.
Un saludo Chema
Tb te sigo en Linkedin
cspm