Hace muchos años. Allá por esa época de mi niñez en la que veíamos el año 2.000 como un futuro en el que los coches volarían y los monopatines flotarían por las paredes, teníamos también castigos. Los padres nos ponían castigos que, debido a la revolución tecnológica hoy en día Mi Hacker o Mi Survivor no son capaces de tan siquiera comprender. Uno de ellos es el de "Castigado sin ver la tele durante dos días", y yo voy a intentar haceros entender lo cruel de ese castigo cuando yo era niño.
Figura 1: El castigo con la televisión de ”¡Lo que toque, Tocó!" |
Antes de que los más jóvenes podáis alcanzar a imaginar la dimensión de un castigo como ese, tenéis que tener presente qué era la televisión en mi infancia. Era el único canal para acceder a noticias, películas, series, programas de concursos, humorísticas y, sobre todo, saber de lo que hablaba todo el mundo en el barrio.
Las televisiones de "lo que toque tocó"
La tele, como la definían unos niños con los que pasó un fin de semana mi compañero Pablo Pérez, era de esas de "Lo que toque tocó". Que es lo mismo que decir que había una programación en la parrilla, y listo. No había más. Y mucho peor en mi infancia, donde lo único que habían eran dos canales. La 1 y La 2. Y punto.
Figura 2: Un día grande cada año. Portugal, zri points |
En mi infancia, nos sabíamos la programación de La 1 y La 2 de maravilla y nos sabíamos qué programas y que horarios tenían. Era una televisión que encendías y podías ver solo "lo que tocara". Tu única elección era elegir entre La 1 y La 2, o no ver nada. Poca alternativa para los tiempos que vivimos hoy en día con el Vídeo on Demand, las suscripciones a plataformas digitales en streaming y compra de películas en tiempo real.
En aquel entonces, cuando te castigaban sin ver la televisión, significaba que ese contenido de la parrilla de programación de La 1 o La 2 se perdía como lágrimas en la lluvia para siempre. Emitido. Ido. Perdido en la memoria. Ya no lo podías ver de ninguna manera.
No podías verlo al día siguiente. O buscarlo en Internet. Se había ido al cielo de los contenidos emitidos. De tal manera que si ese capítulo era de la serie Campeones, Los Caballeros del Zodiaco, La Vuelta al Mundo de Willy Fog, La Fuga de Logan o "V", te habías quedado sin verlo para siempre.
Figura 3: Hoy puedes ver en Internet programas que si te perdías en 1988 (como la victoria de Senna) ya no volvían. |
No podías verlo al día siguiente. O buscarlo en Internet. Se había ido al cielo de los contenidos emitidos. De tal manera que si ese capítulo era de la serie Campeones, Los Caballeros del Zodiaco, La Vuelta al Mundo de Willy Fog, La Fuga de Logan o "V", te habías quedado sin verlo para siempre.
Primer Update: Vídeo "on demand" físico
No sería hasta que yo tuve unos doce años que llegó a casa un update mágico: El vídeo. No solo porque podías grabar contenidos para verlos una vez más, sino porque podías pedir a un amigo que te grabara un contenido que querías cuando te castigaban o buscar por todo el barrio quién podía haberlo grabado si te habían castigado sin tiempo a reaccionar.
Durante el boom del vídeo, hubo una serie de años en los que alquilar películas era una maravilla. Podíamos acceder a contenidos y ver cosas que no emitían en La 1 o La 2. Ya teníamos más opciones, aunque fueran de pago.
Televisiones privadas, Laser Discs & DVDs
Las televisiones privadas llegarían a mi vida cuando yo ya tenía quince años. Y el Laser Disc o DVD ya fueron en momentos de mi vida adulta, cuando la television ya no era uno de los castigos que me pudieran importar demasiado en mi día a día. Al BlueRay ya ni lo cuento que poco caso le he hecho.
Hoy en día, la televisión de "lo que toque tocó" no es algo que les preocupe o interese a Mi Hacker o Mi Survivor. Ellas ven lo que quieren cuando quieren, y si no tienen tiempo ahora para ver nada en el móvil, iPad o Televisión, pues ya lo verán en el futuro. No están preocupadas. No son usuarias de las teles de "lo que toque tocó".
El mundo al revés
Aún recuerdo a Mi Hacker llamarme escandalizada por FaceTime este verano porque pasó unos días en una casa en la que la televisión "No tenía ni Movistar+ ni NetFlix". Pobre. Lo curioso de esto es que mientras que para mí era un castigo que me quitaran la televisión de "lo que toque tocó", para ella era un castigo que la dejaran ver la televisión de "lo que toque tocó", y nada más...
Saludos Malignos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario