Para los más jóvenes la fecha en la que vivimos hoy quizá os suene muy normal. Para los que aún hemos vivido más en el siglo XX que en el siglo XXI, el año 2020 ha sido un horizonte lejano que utilizaban los libros de ciencia ficción y los cómics para inventar un futuro distópico, apocalíptico o lleno de novedades futuristas. No solo Blade Runner estaba ambientada en 2019, sino que en el mundo de los cómics - y en un universo paralelo -, el año 2020 ya no tendría a Tony Stark como Iron Man, y sería Arno Stark el que le sustituiría, haciendo que esa historia en un mundo alternativo, llenara páginas de aventuras y sueños en nuestras cabezas.
Hoy ya es una realidad que plasmamos y plasmaremos a la hora de rellenar nuestros documentos oficiales, nuestros posts en blogs y nuestras cartas personales. Una fecha que empezaremos a gastar tal y como hicimos con el año 2000 o con el año 2015. Y hay que llenarla de mundaninad, de normalidad, de realidad para hacer de ella un lugar en el que podamos construir el siguiente futuro. El que tendremos que tener en 2030 o 2040.
Expectante ante la llegada del día de hoy, es decir, el día de volver al trabajo y a escribir en el blog, decidí estas navidades desconectar bien del trabajo y la tecnología. He intentado estar alejado y meterme en otros mundos. Mundos de Papá Noel, de Reyes Magos, de superhéroes e incluso acompañar al Cid Campeador en su devenir por la frontera entre los reinos castellanos y las taifas moras de esa Edad Media española.
Me he subido sobre la tabla un rato y he acompañado a Daryl Dixon y Michonne Grimes en la lucha por sobrevivir al mundo de The Walking Dead. He querido, como os podéis imaginar, vaciar la cabeza de cualquier pensamiento que no me refrescara y recargara de energía.
Me he subido sobre la tabla un rato y he acompañado a Daryl Dixon y Michonne Grimes en la lucha por sobrevivir al mundo de The Walking Dead. He querido, como os podéis imaginar, vaciar la cabeza de cualquier pensamiento que no me refrescara y recargara de energía.
Y llegó el momento de sentarse sobre la hoja en blanco y regresar. De comenzar a trabajar en los planes que me he ido poniendo en mi cabeza para este año. No porque fuera el año 2020 y tuviera algo especial pensado para él. Ni mucho menos. Solo porque es un año más con 12 meses por delante que yo quiero aprovechar. Como el año 2019. Como el 2018. Como el 2016. Como uno más llevarse a los dientes y exprimir a tope y hacer mil cosas.
Por supuesto, para los que me seguís por el blog desde hace tiempo, han pasado muchos años ya desde que comencé a escribir, y mi vida ha dado mil y una vueltas. Mil y una curvas con y sin peralte que he ido tomando, inventando y negociando para llenar los meses con nuevas aventuras, proyectos, iniciativas, o experiencias que disfrutar. Y no, ya no soy el mismo que era en el año 2006 cuando comencé a escribir este blog o en 2012 cuando comenzaba mi cambio de orientación profesional con mi primer día en Telefónica. Hoy soy Chema Alonso 2020.
Por supuesto, las cosas que me interesan, las cosas que me motivan, las cosas que quiero hacer en estos doce meses también han cambiado. No tanto como para que no las pueda reconocer como mías, pero sí que tengo otras inquietudes, otros objetivos, otras perspectivas desde que ver lo que quiero, que me hacen actuar distinto. Ser distinto por dentro y por fuera. También, he de reconocer, mis circunstancias han cambiado. No soy el chico de 24 años que montó una empresa con la idea de conocer el mundo y salir adelante, ni el de 30 años que abrió un blog cuando recorría el mundo dando charlas y divirtiéndose en cualquier rincón del planeta.
Ya no. Chema Alonso 2020 es distinto. Y cuando he estado planteándome qué iba a hacer estos doce meses que tengo por delante he estado jugando con el año en mi mano. Lo he puesto en holografía. Lo he estirado, y me he dibujado en él a lo largo de los doce meses. He explorado cual Doctor Extraño las diferentes posibilidades. He evaluado las probabilidades de los escenarios. He descartado los futuros que no quiero. Los que no me gustarían. Y he ido eligiendo las cosas que quiero hacer y las que no quiero hacer. Y he vuelto aquí.
No es fácil elegir lo que quieres y lo que no quieres. No es fácil, porque cada elección conlleva un sacrificio. Algo que entregar a cambio por el tiempo y la energía necesaria de todo lo que hay que hacer para que eso que has soñado sea realidad. No vale elegir y no hacer nada. Hay que soñar con los ojos abiertos. Y además yo no creo en la suerte. Así que si quiero algo voy a tener que hacer que pase. Voy a tener que generar yo la ocasión. Y lo tendré que hacer yo. No soy de pedir. Soy más de ganar. De conquistar. De disparar pan de higo aunque piensen que estoy loco. De dejar los lamentos para otros. De agarrar la pistola como hacían el Maki, el Popi y el Mustafá, y luchar por lo que toca.
Y aquí estoy. Escribiendo un año más en mi blog. Utilizando esta pequeña ventana al mundo para marcar el tempo de mi canción. Para obligarme a mí mismo a mantener el ritmo de la canción. El "clic" que llevan los músicos en los oídos hoy en día para que las canciones no sean más rápidas o más lentas. Para que sea el director de orquesta de este año. O lo que es lo mismo, para que siga siendo una de mis obligaciones autoimpuesta cada día.
Algunas cosas irá cambiando. Como por ejemplo decidimos cerrar Seguridad Apple a finales del año pasado. El proyecto nos sirvió en su momento para lo que lo lanzamos, pero ya en este año no tenía sentido seguir teniendo un dominio al margen de Blog Think Big o de este especio de "El lado del Mal", que al final entre las microhistorias, y los temas de seguridad, lo que publicamos en ese blog tiene cabida en estos dos espacios más que de sobra.
En cuanto a los contenidos de este blog puede que haya algún cambio, pero no demasiado. Seguirá hablando de las cosas en las que estoy interesado yo, y que hago yo con mis compañeros. Habrá cosas de seguridad informática, cosas de tecnología, cosas que haremos en 0xWord, en Cálico Electrónico, y los proyectos de Telefónica. Desde ElevenPaths, a LUCA pasando por todo lo que tiene ver con Aura, 4ª Plataforma, Living Apps, Innovación, Startups, etc... muchas cosas de esas en las que vamos avanzando, pero desde el punto de vista personal que intento que tenga este blog.
Por supuesto, habra cosas de hacking, artículos de los compañeros habituales, reflexiones personales sobre la universidad, el trabajo, la tecnología, o lo que me interese a mí como persona, que esto no deja de ser un blog que cree yo para eso. Y también os dejaré las citas con los eventos, conferencias, seminarios, cursos, novedades editoriales, vídeos de charlas, webinars o contenido creado para aprender cosas.
Todo esto, pero en versión 2020. Así que no esperéis encontrar cosas que os gustaban de 2011 o de 2015, porque el agua debe correr. Debe continuar. Debe seguir su camino. Y los textos que yo publicaré este año serán un tanto distintos. No vengas aquí buscando cosas que te gustaban de años anteriores. Este blog se escribe como parte de mí mismo trabajando por, como os decía al principio, construir el 2030 y el 2040, no para vivir en una nostalgia perpetua de lo que ya pasó o ya fue, sino de lo que está por venir.
Figura 5: Estos son mis tiempos |
Suelo explicar esto con la tira de Mafalda del gran Quino que os dejo aquí y que me encanta. La gente que me conoce bien ha oído esta historia muchas veces, porque la tengo grabada en mi memoria. Sí, estos siguen siendo mis tiempos. Creo que uno se va del presente cuando quiere. Cuando decide que este ya no es su tiempo. Pues bien, este año 2020 es mi tiempo.
Saludos Malignos!
Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)
Excelente comienzo ....reinventarse es la clave para vivir nuevas experiencias .
ResponderEliminarBuceando en Internet llegué a este comentario. Yo también hago proyectos todos los años. Con fe pero menos vértigo, probablemente porque estoy más cerca de los 75 y obviamente el 2030 me pillará más vejacona ( si me pilla), y el 40 es - para mí- ciencia- ficción.
ResponderEliminarTe seguiré leyendo.
Saludos desde Montevideo, Uruguay