Año 2021: (Ojalá) El año del comienzo de la rehabilitación.
Muchas son las expectativas que estamos poniendo sobre los hombros del año 2021. Muchas. Y yo llevo ya un mes diciendo a todos que con que sea un poco mejor me conformo. Por supuesto que deseo que sea un año espectacular. Un año en el que se acabe la pandemia por fin. Un año en el que volvamos a poder ir por la calle sin mascarilla. A volver a tener CONs de Hacking. Conciertos de música en directo. Teatros llenos de gente. Restaurantes hasta arriba. Fallas. Carnavales. Fiestas populares y estadios llenos de espectadores.
Claro que sí. Deseo que las personas mayores pierdan parte de ese miedo que se les ha metido en el cuerpo. Que puedan dar achuchones a sus hijos y nietos sin miedos. Que en las comidas y cenas familiares no haya que guardar la distancia de seguridad. Que se acaben los ERTES. Que los niños vayan sin un kit de prevención médico a dar clases. Que vuelva la natación, el baloncesto y todos los deportes de contacto para ellos. Que se recupere la economía. Que se reduzca el paro y mejoren los grandes indicadores macroeconómicos.
Todo lo deseo. Todo lo quiero. Para que la sonrisa vuelva a los que la han perdido, que basta con ver los ojos sobre las mascarillas para saber que hay muchos de nosotros, e nuestros amigos, de nuestros vecinos, de nuestros compañeros de trabajo, de la gente que nos cruzamos por la calle, ha perdido la alegría. Deseo mucha más felicidad.
Pero me conformo con poco. Me conformo con que no sea peor que este 2020 que hemos dejado atrás. Con que sea mejor. Con que vayan las cosas para adelante. Con que las personas vayamos tirando día a día en esta nueva normalidad que va a ser difícil que dejemos atrás. No solo porque el virus mute y cambie constantemente y sea el juego del gato y del ratón, sino porque además ya han cambiado muchas cosas por culpa de todo lo que hemos vivido. La huella de sus consecuencias es profunda.
Son muchas las empresas destruidas, la economía tumbada, las ilusiones y sueños truncados. Es muy grande el impacto que ha hecho en nosotros y en nuestro entorno esta pandemia. Es muy profunda la mella en nuestra mirada como sociedad. Por lo que vamos a tener que recuperarnos poco a poco. No espero un año de recuperación mágica, si no un año de comienzo de rehabilitación.
Como en las lesiones importantes de los deportistas, la recuperación es un proceso largo de rehabilitación. De muchas jornadas en soledad. Controlando la cabeza. Controlando los ejercicios poco a poco. Consiguiendo que cada mejora diaria sea una batalla. Creo que nuestro trabajo va a ser ese. Controlar nuestra cabeza. Saber dónde estamos y que queremos salir adelante.
Mi sensación es que creo que aún no hemos llegado al punto de darnos cuenta de lo larga que va a ser nuestra rehabilitación. Y de que van a ser muy dolorosos los esfuerzos por recuperarnos bien. Vamos a tener que ser nosotros, y solo nosotros, los que peleemos para salir adelante. Por supuesto que cada uno con mayor o menor impacto en todos los demás. Pero cada de uno de nosotros va a tener que luchar por hacer que 2021 sea el año del comienzo de la recuperación. Trabajando día a día con lo que tenemos delante, y hoy, lo que tenemos delante es lo que nos ha dejado 2020.
Si mañana el virus no muta, la vacuna es efectiva, los fondos de reconstrucción ayudan a crear un tejido económico resistente y transformador para tener un prometedor futuro de bienestar de empresas y trabajadores en el futuro, será perfecto. Pero si no, que vayamos a mejor. Que sepamos luchar y salir adelante donde estamos. Que demostremos que no solo queremos rehabilitarnos, sino que vamos a esforzarnos cada uno de nosotros por hacerlo.
Así que, mis deseos para este 2021 no es que mágicamente sea mejor. Sino que soñemos juntos, con los ojos muy abiertos para que sea así. Es decir, que trabajemos desde hoy mismo, día 1 de Enero de 2021 en la rehabilitación tras la enfermedad.
PD: Recuerda que si tienes algún niño o niña que quiera ser hacker está abierto el Concurso de dibujo hasta el domingo.
1 comentario:
Feliz 2021 y locos años 20. Nos rehabilitaremos, sin ayuda, a pesar de ellos y aunque el tiempo y la autoridad no lo permitan. Llevamos siglos haciéndolo, con alguna que otra víctima colateral.
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