Jinetes en la Tormenta: ¡Qué difícil es escribir "Thrillers" sin hackers y black hackers!
¿Te habías dado cuenta de que hoy en día cualquier "thriller" que se precie debe contar con la presencia de un hacker? Creo que es un asunto que merece una reflexión para encontrar una explicación al fenómeno. Permíteme ponerte en antecedentes e intentaré dar con la respuesta. Aunque el "thriller", suspense, suspenso o, sencillamente, la intriga, es un género muy vinculado a la novela negra, los puristas los distinguen estableciendo una serie de elementos que consideran exclusivos del género negro (no entraré en detalles para no alargarme innecesariamente, ya que no es el objetivo de este artículo). En los últimos años la línea que los separa se va haciendo cada vez más fina, provocando que en muchas ocasiones un género se superponga al otro y cada vez estén más relacionados, más fusionados.
Figura 1: Jinetes en la Tormenta: ¡Qué difícil es escribir "Thrillers" sin hackers y black hackers!
¿Pero por qué esa obsesión con los hackers? Desde el punto de vista del creador, escritor, guionista o, simplemente espectador, los mundos oscuros, ocultos al resto de la sociedad, se convierten en irresistibles. Todo lo que no conocemos nos despierta temor, y no hay nada más literario que la combinación de miedo y misterio.
Antes de que llegarán los hackers
Durante el Siglo XIX el interés en el espiritismo y las ciencias ocultas nos trajo las grandes obras de la literatura gótica y de terror (Drácula, Frankenstein y muchas más). La explosión de la novela negra americana, con autores como Raymond Chandler o Dashiell Hammett, nos proporcionó el estereotipo del detective privado que huele a whisky, sabe a tabaco y se mueve como pez en el agua en los bajos fondos de las ciudades norteamericanas.
A partir de los años 40 del año pasado, la Guerra Fría entre norteamericanos y soviéticos propició la aparición de los grandes espías del thriller, capaces de internarse en solitario en lo más profundo del territorio enemigo. Autores como el recientemente fallecido John Le Carré o el ex espía británico Ian Fleming, padre de James Bond, son una buena muestra de ello. La Guerra Fría también nos trajo la carrera espacial y el surgimiento de la amenaza extraterrestre o el fenómeno OVNI. La literatura, el cine o la incipiente consolidación de la televisión como medio de masas nos dejaron joyas como Star Trek y en último término, La Guerra de las Galaxias de George Lucas (así es como los viejunos nos referimos a Star Wars).
Los últimos años del Siglo XX vieron aparecer psicópatas capaces de merendarse a sus vecinos o acabar con medio barrio sólo por placer, así como sectas secretas con extraños rituales en los que participan los amos del mundo. ¿Qué tienen todos estos perfiles en común? Que se trata de historias en las que los héroes son capaces de zambullirse en lo más recóndito de los temores y las angustias que nos preocupan a las personas normales. Y aquí es donde aparece el "Hacker" y el "Black Hacker" como símbolo del miedo en nuestro tiempo, por ser desconocido lo que hace o puede hacer.
Durante el Siglo XIX el interés en el espiritismo y las ciencias ocultas nos trajo las grandes obras de la literatura gótica y de terror (Drácula, Frankenstein y muchas más). La explosión de la novela negra americana, con autores como Raymond Chandler o Dashiell Hammett, nos proporcionó el estereotipo del detective privado que huele a whisky, sabe a tabaco y se mueve como pez en el agua en los bajos fondos de las ciudades norteamericanas.
A partir de los años 40 del año pasado, la Guerra Fría entre norteamericanos y soviéticos propició la aparición de los grandes espías del thriller, capaces de internarse en solitario en lo más profundo del territorio enemigo. Autores como el recientemente fallecido John Le Carré o el ex espía británico Ian Fleming, padre de James Bond, son una buena muestra de ello. La Guerra Fría también nos trajo la carrera espacial y el surgimiento de la amenaza extraterrestre o el fenómeno OVNI. La literatura, el cine o la incipiente consolidación de la televisión como medio de masas nos dejaron joyas como Star Trek y en último término, La Guerra de las Galaxias de George Lucas (así es como los viejunos nos referimos a Star Wars).
Los últimos años del Siglo XX vieron aparecer psicópatas capaces de merendarse a sus vecinos o acabar con medio barrio sólo por placer, así como sectas secretas con extraños rituales en los que participan los amos del mundo. ¿Qué tienen todos estos perfiles en común? Que se trata de historias en las que los héroes son capaces de zambullirse en lo más recóndito de los temores y las angustias que nos preocupan a las personas normales. Y aquí es donde aparece el "Hacker" y el "Black Hacker" como símbolo del miedo en nuestro tiempo, por ser desconocido lo que hace o puede hacer.
Llegan los Hackers y los Black Hackers
La irrupción de Internet y el desarrollo de las comunicaciones suponen una nueva era para la Humanidad. El teléfono ha dejado de ser un aparato con el que llamar para convertirse en el complemento más importante de nuestras vidas, por encima de la cartera y las llaves de casa. Nuestra necesidad de conexión ha alcanzado límites inimaginables hace sólo unos años. Y si no me crees, apaga el router durante 30 minutos e intenta trabajar con el ordenador. Nos conectamos con la misma naturalidad con la que respiramos. ¿Y cuál es nuestro principal miedo? Efectivamente. Que alguien se cuele en nuestro móvil o nuestro portátil.
La imagen asociada al Black hacker en el imaginario colectivo nos presenta a un tipo antisocial, encerrado en un cuarto oscuro mientras idea mil formas de suplantar nuestra identidad, de acceder a nuestras cuentas bancarias, de robar y enviar fotografías incómodas a nuestros allegados. El perfil ideal del criminal del Siglo XXI: Ese Black Hacker convertido en ciberextorsionador ¿Cómo no va a resultar interesante para un escritor?
Pues echémosle un poco más de picante: las noticias nos dicen que las multinacionales y los servicios de espionaje nos controlan gracias a nuestros teléfonos móviles y que monitorizan nuestra actividad en redes sociales. Así que perfecto, también tenemos "hackers" como ciberespías en las tramas de espionaje y/o conspiranoicas.
El toque final nos lo da la Deep Web. Podría llamarse el contenido no indexado, pero no, se llama Deep Web, que mola mucho, porque si la red se convierte en profunda, llama más la atención. Pero resulta que en las profundidades también hay un rincón que es oscuro (Darknet), en el que se cometen toda clase de delitos y fraudes con una criptomoneda como el BitCoin tan atrayente: un terreno de juego irresistible para cualquier trama en el que contar con un Black Hacker convertido en cibercriminal.
Y como tenemos al criminal, tenemos los resortes más oscuros del poder y el campo de batalla ideal, sólo necesitamos a los héroes que sean capaces de entrar en este mundo virtual para defendernos de semejante catálogo de peligros. ¿Se te ocurre un escenario mejor que este? Si lo tienes, por favor, dímelo para mi próxima novela.
Los no iniciados, como el que escribe, nos aproximamos al mundo del hacking y los hackers con una mezcla de curiosidad, fascinación y temor: curiosidad, por los motivos expuestos en los párrafos anteriores; fascinación, por descubrir un mundo oculto y prohibido; temor, porque cuando nos ponemos a experimentar no tenemos ni idea de lo que estamos haciendo.
Así que el sufrido autor de thriller, que ya ha tenido que aprender (o al menos debería haberlo hecho) el funcionamiento de los cuerpos policiales y procedimientos judiciales, se ve en la obligación de aprender acerca del hacking. Porque si hay criminales hay cibercriminales, hay black hackers y hackers luchando contra ellos. Si hay terroristas, ciberterroristas o hacktivistas también hay hackers. Si hay espías, hay ciberespias y hackers. Y si quiere escribir cualquier thriller que esté ubicado temporalmente dentro de los últimos 25 años, tiene que haber un White y/o Black Hacker. Y es que si hay un Black Hacker, necesariamente tiene que aparecer su némesis, es decir, un hacker.
¿Y cómo se aprende esto del hacking? Bueno, tranquilo que no vas a tener que estudiar la carrera de Informática para ello. Recuerda que esto va de aprender cómo funciona, no de dedicarse a ello profesionalmente. Bien, en primer lugar, hay multitud de documentales, reportajes y tutoriales disponibles en la web. Pero ojo, que te va a tocar separar el grano de la paja, como en cualquier labor de documentación.
A mí, para escribir mi novela "Jinetes en la Tormenta" me ha venido muy bien localizar las conferencias de un tal Chema Alonso. Si estás en esta web, probablemente el nombre te sonará de algo. De Chema hay mucho material tanto en Youtube como en podcast. Para mí la segunda opción es la más práctica, ya que lo enchufo y voy aprendiendo mientras pongo la lavadora, cargo el lavavajillas o me doy una ducha. Aunque no es el mejor momento para las conferencias, ten en cuenta de que cada vez hay más webinars en los que muchos expertos hablan sobre el tema (y a los que cada vez acudimos más escritores).
La irrupción de Internet y el desarrollo de las comunicaciones suponen una nueva era para la Humanidad. El teléfono ha dejado de ser un aparato con el que llamar para convertirse en el complemento más importante de nuestras vidas, por encima de la cartera y las llaves de casa. Nuestra necesidad de conexión ha alcanzado límites inimaginables hace sólo unos años. Y si no me crees, apaga el router durante 30 minutos e intenta trabajar con el ordenador. Nos conectamos con la misma naturalidad con la que respiramos. ¿Y cuál es nuestro principal miedo? Efectivamente. Que alguien se cuele en nuestro móvil o nuestro portátil.
Figura 2: Novela Thriller "Jinetes en la Tormenta" de JM Ferri
La imagen asociada al Black hacker en el imaginario colectivo nos presenta a un tipo antisocial, encerrado en un cuarto oscuro mientras idea mil formas de suplantar nuestra identidad, de acceder a nuestras cuentas bancarias, de robar y enviar fotografías incómodas a nuestros allegados. El perfil ideal del criminal del Siglo XXI: Ese Black Hacker convertido en ciberextorsionador ¿Cómo no va a resultar interesante para un escritor?
Pues echémosle un poco más de picante: las noticias nos dicen que las multinacionales y los servicios de espionaje nos controlan gracias a nuestros teléfonos móviles y que monitorizan nuestra actividad en redes sociales. Así que perfecto, también tenemos "hackers" como ciberespías en las tramas de espionaje y/o conspiranoicas.
El toque final nos lo da la Deep Web. Podría llamarse el contenido no indexado, pero no, se llama Deep Web, que mola mucho, porque si la red se convierte en profunda, llama más la atención. Pero resulta que en las profundidades también hay un rincón que es oscuro (Darknet), en el que se cometen toda clase de delitos y fraudes con una criptomoneda como el BitCoin tan atrayente: un terreno de juego irresistible para cualquier trama en el que contar con un Black Hacker convertido en cibercriminal.
Figura 3: El Thriller de Hacker Épico de Alejandro Ramos y Rodrigo Yepes.
Más de 2.000 copias. 2 premios. Adaptación en cómic deluxe por Eve Mae.
Y como tenemos al criminal, tenemos los resortes más oscuros del poder y el campo de batalla ideal, sólo necesitamos a los héroes que sean capaces de entrar en este mundo virtual para defendernos de semejante catálogo de peligros. ¿Se te ocurre un escenario mejor que este? Si lo tienes, por favor, dímelo para mi próxima novela.
Los no iniciados, como el que escribe, nos aproximamos al mundo del hacking y los hackers con una mezcla de curiosidad, fascinación y temor: curiosidad, por los motivos expuestos en los párrafos anteriores; fascinación, por descubrir un mundo oculto y prohibido; temor, porque cuando nos ponemos a experimentar no tenemos ni idea de lo que estamos haciendo.
Así que el sufrido autor de thriller, que ya ha tenido que aprender (o al menos debería haberlo hecho) el funcionamiento de los cuerpos policiales y procedimientos judiciales, se ve en la obligación de aprender acerca del hacking. Porque si hay criminales hay cibercriminales, hay black hackers y hackers luchando contra ellos. Si hay terroristas, ciberterroristas o hacktivistas también hay hackers. Si hay espías, hay ciberespias y hackers. Y si quiere escribir cualquier thriller que esté ubicado temporalmente dentro de los últimos 25 años, tiene que haber un White y/o Black Hacker. Y es que si hay un Black Hacker, necesariamente tiene que aparecer su némesis, es decir, un hacker.
¿Y cómo se aprende esto del hacking? Bueno, tranquilo que no vas a tener que estudiar la carrera de Informática para ello. Recuerda que esto va de aprender cómo funciona, no de dedicarse a ello profesionalmente. Bien, en primer lugar, hay multitud de documentales, reportajes y tutoriales disponibles en la web. Pero ojo, que te va a tocar separar el grano de la paja, como en cualquier labor de documentación.
Figura 4: Sinopsis de Jinetes en la Tormenta de JM Ferri
A mí, para escribir mi novela "Jinetes en la Tormenta" me ha venido muy bien localizar las conferencias de un tal Chema Alonso. Si estás en esta web, probablemente el nombre te sonará de algo. De Chema hay mucho material tanto en Youtube como en podcast. Para mí la segunda opción es la más práctica, ya que lo enchufo y voy aprendiendo mientras pongo la lavadora, cargo el lavavajillas o me doy una ducha. Aunque no es el mejor momento para las conferencias, ten en cuenta de que cada vez hay más webinars en los que muchos expertos hablan sobre el tema (y a los que cada vez acudimos más escritores).
Por último, también contamos con publicaciones especializadas en las que aprender las bases. De libros, te recomiendo la editorial 0xWord (también la conocerás si sueles pasarte por esta página) donde además puedes consultar dudas a sus autores a través de MyPublicInbox, y donde además de manuales súper técnicos, también puedes encontrar novelas de hackers en 0xWord Pocket como Hacker Épico, Got Root, A Hack for the Destiny o Cluster y material para “dummies”. El mejor ejemplo es su libro Crime Investigation: Historias de Investigación Forense de Felipe Colorado, pero tienen muchos más. Espero que el artículo te haya gustado y que te sirva para escribir thrillers súper adictivos.
¡Un abrazo!
Autor: JM Ferri es un especialista en comercio internacional reconvertido en escritor de novela negra y suspense. Su primera novela, Jinetes en la Tormenta, es una combinación de estos géneros con una trama que implica a policías, espías y hackers.
Autor: JM Ferri es un especialista en comercio internacional reconvertido en escritor de novela negra y suspense. Su primera novela, Jinetes en la Tormenta, es una combinación de estos géneros con una trama que implica a policías, espías y hackers.
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