¿Cuál es la historia del gorro de Chema Alonso?
Son muchos años ya con el gorro de rayas azul y marrones. Tantos años con él, que se ha convertido en parte de una especie de marca personal por el que fácilmente me reconoce mucha gente. Sin él, puedo pasar casi desapercibido por la vida - no siempre -, y que mucha gente no me reconozca, pero si me lo pongo, lo más probable es que alguien cerca sepa que soy yo.
Y lo he usado en situaciones muy peculiares, como en las recepciones al Rey - que ya os contaré en algún otro artículo, que son bonitas las intra-historias -, o como cuando me hice la foto con Barack Obama, que al final de este artículo os cuento cómo se fraguó esta foto.
Pero no es algo ni que fuera premeditado, ni que fuera siempre así. Y no, no llevo el gorro siempre ni mucho menos. Lo uso en las charlas, las fotos y en contadas ocasiones en las que hace algo de fresquito y entonces lo saco de mi mochila para que vuelva a ser la herramienta original que fue: un gorro calentito que usaba en mis viajes a la nieve. De esos que he llevado desde que en el año 2000, más o menos, comencé con la afición de hacer Snowboard.
Figura 2: Foto en la gira de lanzamiento de Windows 7
Tampoco es algo que haya utilizado siempre en las charlas. Ni mucho menos. De hecho, no fue a hasta 2006, y llevo dando charlas desde el año 2000, que lo usé por primera vez. Y no lo usé regularmente hasta finales de 2009. Podéis ver charlas en DefCON sin él, como la de "FOCA 2: The Foca Strikes Back", o en la foto de la gira de Windows 7 que os dejé publicada, en las que no llevó el gorro, porque como toda ropa, tiene que pasar por la lavadora periódicamente y no siempre estaba disponible. Y en esa época daba más de 100 charlas al año.
Pero... ¿de dónde viene el gorro?
Pues la historia es tan sencilla, como simpática para mí, y no tiene nada más que ver que con una forma de entender la vida para mí. Las cosas tienen que ser divertidas y hay que hacer cosas nuevas que nos entretengan. Por eso, en las charlas que yo hacía durante muchos años, intentaba que la gente se lo pasara bien. En el lanzamiento de Windows 7, cuando participé en la charla de clausura del evento en Barcelona, recuerdo que cerré con un buen lío cuando acabé con la foto de Raúl señalándose el 7 de su camiseta y la frase de "Disfrutad con el 7", o cuando en la gira Technet hacía una charla-monólogo que se llamaba "Nos querían matar", contando mi historia en los lanzamientos de Windows.
Sin embargo, los días más especiales la cosa iba más allá y hacíamos algo mucho más divertido con mis amigos. En una charla nos disfrazamos de Gimli y Legolas de "El señor de los anillos", en otra de "Los 4 Fantásticos", en otra de "Rusos", de Cazafantasmas y así una larga cantidad de disfraces. He sido el Emperador Palpatine, he sido Darth Vader, he sido un cuatrero asaltando una web, árbitro de fútbol, Batman y Robin - con los calzoncillos por fuera que luego puse como premio en un concurso-, estrella de rock dando las charlas con guitarras del Guitar Hero, etcétera. Entre ellos, que no me olvide, de Pitufos, dando una pitufo-charla pitufante.
Figura 4: Live Technology Tour 2007
También hacíamos camisetas de las giras, vídeos de risa como los de la Gira Inseguros, o el de nuestra última Gira Technet donde supuestamente teníamos que volver a hacer escenarios para que yo, que me había arruinado, pudiera volver a recuperarme económicamente. De todo. Vídeos de forenses con la camiseta de Spectra (que era como llamábamos a Microsoft) , parodias de Cámara Café en la que yo presentaba el evento con mi "famoso" té con limón de aguachirri que tomaba entonces... Si era divertido... why not?
Figura 5: Uno de los vídeos de la gira de inseguros
Al final, lo que queríamos es que se lo pasara bien la gente, y os aseguro que era así. En aquella época recuerdo con mucho cariño cómo se portaba la gente conmigo después de esos eventos y me trae muchísima alegría. No cambiaría todos estos años haciendo cosas divertidas por nada del mundo.
Figura 6: Después de la charla de Cazafantasmas con los asistentes encendiendo la Queimada de la fiesta.
Y siempre había algo divertido que se nos ocurría en nuestras cabezas, si no era un vídeo o una charla con disfraces, era un concurso en el que yo "cascaba" huevos en la cabeza de los asistentes - un día os cuento cómo fue esta aventura de cascarles los huevos que la historia trajo cola y fue muy curiosa -, en otro hacía una Calendario Tórrido "desnudando" a los MVP de Microsoft, otro año desnudando a hackers de todo el mundo, solo para divertirnos y recaudar fondos para la Cruz Roja o la Asociación Española Contra el Cáncer. Si era divertido hacer algo...¿por qué no? Tecnología y diversión siempre de la mano.
El primer evento con el gorro
Dicho esto, si has leído hasta este punto, ya tendrás que imaginarte que el gorro tiene alguna historia detrás seguro. Y fue así. Una historia que se fraguó de la manera más natural del mundo en nuestra vida de aquellos años. Corría el año 2006, en concreto el mes de Noviembre. Para el día 9 de ese mes, si la memoria no me falla, se había planificado el evento de lanzamiento de Windows Vista en la popular feria SIMO en Madrid. En concreto, mi sesión, que daría junto a mi compañero José Parada sería por la tarde.
Todo estaba planificado para que el día anterior, el día 8, José Parada y yo preparásemos nuestra sesión con cuidado y cariño. Para que todo saliera perfectamente. Pero la cosa se fue complicando por momentos. Primero nos invitaron a dar una charla en Lleida el día 7 de Noviembre, y dijimos que sí. Después cayó una nevada el domingo y el lunes que dejó Baqueira con un metro de nieve preciosa. Un buen paquetón de nieve. Y después se nos puso a tiro un apartamento a 100 metros de las pistas de esquí para el día 8 de Noviembre. Y eso si que tenía pinta de ser un plan divertido.
Así que nos organizamos la semana. Echamos el equipo de la nieve en el maletero y nos fuimos el lunes en coche a Lleida. Cenamos de maravilla y luego el martes dimos la charla que teníamos que dar por la mañana, comimos, y por la tarde ya estábamos en Baqueira. Llegamos cansados, así que cenamos y nos fuimos a descansar pensando en el día de nieve siguiente y en que teníamos que hacer las diapositivas después de hacer Snowboard para prepararnos la charla.
Llegado el día 8 nos fuimos a la nieve. Yo me puse mi gorro de rayas y estuvimos haciendo bajadas todo el día. La pista estaba vacía de gente, la nieve estaba perfecta, hacía un día soleado precioso, y no paramos de revolcarnos en la nieve como niños. Una y otra vez. Acabamos destrozados. Muy hechos polvo de tanto "grindear" con las esquinas de la pista. Por supuesto, yo me pegué también unas buenas sacudidas contra el suelo, que cuando pillas nieve virgen con la tabla y no gira, o cuando la cuchilla no raja una placa de hielo, descubres que el suelo no es tan blandito como parece.
Acabado el día de diversión, tocaba ponerse a trabajar, pero estábamos destrozados, así que cenamos, nos tomamos algo, y decidimos que el mismo día nueve - fecha del evento - como teníamos siete horas de viaje por la mañana, podríamos ir haciendo la presentación en el coche. Sí, lo sé. No era buena idea. Pero estábamos tan cansados que queríamos que os pareciera una buena idea, así que accedimos a ello.
Y así nos metimos en la carreta de regreso a Madrid, para llegar justo al SIMO, al lanzamiento de Windows Vista sin la presentación hecha, y con la santa buena voluntad de hacerla en el coche, pero las carreteras de ese viaje tienen muchas curvas. Y fue imposible. Me mareaba, no podía trabajar bien. No íbamos a ser capaces de terminarlas a tiempo. Necesitábamos un PLAN D ( el Plan A, el B y el C ya nos los habíamos saltado). Y así fue como, entre risas, kilómetros de carretera, minutos que corren hasta la hora señalada, y nerviosismo por nuestra charla ante 1.500 personas, pergeñamos el plan:
Hacer las diapositivas en el escenario durante nuestra charla.
No era la primera vez que terminábamos una presentación un minuto antes de comenzar la charla, pero ese día queríamos batir nuestro propio récord y hacer la presentación en el escenario. Para ello se nos ocurrió hacer un teatrillo de los que solíamos hacer disfrazados. Se trataba de simular en el escenario que no era el día del evento sino el día anterior. Y que no estábamos dando la charla, sino preparándola. Y cómo no, ¿dónde la estábamos preparando? Pues en Baqueira, después de hacer Snowboard. De esta forma íbamos a representar el Plan C en el escenario.
¿Qué podía salir mal?
Pues casi todo. Para disfrazarme tenía que ponerme mi gorro, llevar la tabla de Snowboard al escenario, y entrar con mi mochila del equipo. Pero mi gorro de rayas estaba sucio y la tabla de Snowboard fue difícil de explicar a los guardias de seguridad, así que saqué un gorro de repuesto y usé la mochila del equipo. Nos preparamos, acordamos un guión de charla rápido, y entramos al escenario casi sin saludar a la gente. Para ello, José Parada me esperaba en el centro y me recibía con una frase:
"Chema, guarda la tabla de snowboard rápido y vente ya, que llevamos todo el día con la nieve y toca ya preparar la presentación de la charla que vamos a dar mañana."
Y yo entraba en acción con mi "disfraz" de estar haciendo Snowboard. Con mi mochila del equipo, con mi gorro, etcétera. Y comenzamos la charla.
- "¿Y qué les vamos a contar mañana, José?"- "Pues no sé, Chema, podríamos contarles las nuevas protecciones del kernel para mitigar los exploits de machacar la pila".- "Suena bien, José, podríamos hacer una prueba, y ver que con el ASLR, al lanzar el exploit funcional se para el sistema en lugar de darle control al atacante".- "Mola, ¿probamos la demo?"
Y así íbamos tirando. Pero llegó la demo de controlar Windows Vista con la voz cuando aún la inteligencia artificial no funcionaba como hoy en día, y... quedó este momento para la historia que fue plasmado en esta foto. Yo estaba haciendo la demo de controlar Windows Vista con la voz - se me ven los auriculares en la foto - y había abierto el Bloc de notas. Estaba escribiendo, y ahora quería dejar de escribir y volver al sistema operativo. Pero no iba a ser fácil.
Primero lo intenté con un "Cerrar", y el Bloc de Notas escribió en el documento que estaba creando: "Cerrar". La gente se reía un poco. Entonces volví a intentarlo con una orden: "Ciérrate". Y el Bloc de Notas escribió: "Ciérrate". La gente se reía más. Volví a la carga con un "Alt F4" y el Bloc de Notas escribió "Alt F4", como suena. La gente se reía a carcajadas. Así que, con la paciencia que me caracterizaba en aquella época, hace quince años, dije: "¡Qué te cierres, coño!", delante de 1.500 personas en el evento de lanzamiento oficial de Microsoft Windows Vista. Y el Bloc de Notas escribió: "¡Qué te cierres, coño!" perfectamente. La gente se moría de la risa. José Parada y yo nos moríamos de la risa. Y entonces José dijo:
"¿Lo ves Chema?, Windows Vista reconoce tu lenguaje de Móstoles perfectamente".
Y... ¡foto!
El momento ese en el que José está diciendo esa frase, la gente se está muriendo de la risa en un escenario de 1.500 personas abarrotado, yo no podía contenerme más. Me tapé la cara muerto de la risa porque no podía dejar de reírme. Eso sí, la demo de la voz se quedó ahí.
Y seguimos nuestra vida
Después de ese evento, la vida continuó, y seguimos de gira. Y seguimos yendo a la nieve que la temporada acabada de comenzar, y volvimos a hacer más eventos sin diapositivas, con la misma broma del gorro. Y ... poco a poco, la imagen del gorro se fue quedando, y la gente me preguntaba, ¿por qué no llevas hoy el gorro? ¿Hoy no traes el gorro? ¿Una foto con el gorro, Chema? Tan sencillo como eso. Cada vez se hizo más parte de mi imagen.
La foto de Obama de la cabecera
Como curiosidad final, y lo he contado muchas veces a mis amigos, el día que me tuve que hacer la foto con Barack Obama llamé a mis compañeros del equipo de comunicación de Telefónica para preguntar cómo debía ir para la foto, yo solo quería la foto, y me hubiera valido sin gorro perfectamente.
"¿Cómo tengo que ir vestido para hacerme la foto con Barack Obama?"
Y es que aunque muchos defienden la libertad de expresión, y la libertad para que cada uno vaya vestido como quiera, a la hora de la verdad hay mucho retrograd@ escondid@ que critica el aspecto y las "pintas" de lo demás. Ya sabéis, esos que se meten con los demás porque ellos siempre van "perfectos" en todo momento. Y no quería montar ningún lío innecesario con mi empresa. Así que se reunió el equipo de comunicación, y como siempre, me demostraron lo que yo sé que son. Buena gente.
- "Chema, es una conferencia en la que te vas a hacer una foto con una persona. Tú siempre vas con tu gorro a esas cosas, así que sé tú mismo y ve con el gorro, que seguro que sale una foto preciosa".
Y así hice. Ese día Telefónica se ganó mi corazón un poco más - si es posible aún que sea más -. No porque pudiera hacerme la foto con el Barack Obama con el gorro, que si me hubiera pedido hacerla sin el gorro lo hubiera hecho igualmente, sino porque mis compañeros me demostraron que para ellos lo que realmente importa de mí no es que vaya con gorro - como en esa foto - o sin gorro - como voy todos los días al trabajo, sino que haga mi tarea lo mejor para la casa.
Hoy en día, el gorro me lo pongo habitualmente aunque no siempre, como os he dicho, para las fotos y las charlas - y si me hago una foto con Fito o los Kiss os prometo que quiero que él lleve su gorra y ellos las caras pintadas -. Lo importante para mí, y como enseñanza para mis hijas que van a vivir este mundo que a veces es muy hipócrita, es que el día que deje usar el gorro, será porque no me apetezca usarlo y no porque haya gente dogmática que tenga alguna decisión o poder sobre lo que yo me pongo por las mañanas.
Ni tampoco lo llevo por los que me dicen que si no lo llevo es que he cambiado. No. Lo llevo porque me apetece y en un mundo en el que aspiramos a que cada uno pueda ser libre de vivir su vida como quiera yo voy a vivir la mía como quiera yo - que es lo que he hecho con mis errores y aciertos hasta ahora -, y no con los cánones de vestimenta me quiera imponer algun@. La edad me ha enseñado que hice muy bien en no seguir consejos de gente que estaba en la vida en lugares donde yo no quería llegar... y menos ser un triste :).
Hoy en día ya no doy tantas charlas - apenas unas diez o doce al año - ni me tengo ocasión de hacer esos eventos que hacía con 20 y 30 años, pero sigo haciendo cosas, como el Proyecto Maquet, Klingonizar un iPhone, comer con mis compañeros de barrio que han sido pregoneros de las fiestas de nuestro querido Móstoles cómo yo, etcétera, porque es divertido. Y así seguiré, prometido.
¡Saludos Malignos!
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