Dicen que esa fue la frase que podría haber dicho Galileo cuando tuvo que públicamente jurar que su visión iba en contra de lo que realmente pensaba. Una coletilla para dejar claro que hacía algo por sobrevivir en un mundo hostil pero que iba en contra de los hechos e ideas a los que le llevaba su razonamiento.
No, no voy a hablar de nada que tenga que ver con esto. Ha sido solo un recurso literario para comenzar este artículo donde voy a hablar de otras cosas que también se mueven. Y que los últimos tres años me tiene con las orejas de punta, mirando a la izquierda y derecha para ver por donde y hacia donde, porque lo que está claro es que, por mucho que queramos estabilizarlo y pensemos que lo hemos conseguido, ... se mueve.
Y es que cuado llegas a una edad, a una posición personal y profesional madura y más a o menos sólida, tiendes a pensar que has entendido la realidad lo suficiente como para sentirte cómodo en ella. Eres un hombre o mujer en edad adulta, con posicionamiento, y estás educando a las nuevas generaciones, y les quieres contar las reglas de este mundo para que ellos, como tú, puedan aprender. Pero la verdad es que como no entiendas que lo que aprendiste y conoces se muere todos los días, te perderás, porque ... se mueve.
El mundo, las ideas, la tecnología, la forma de vivir, la forma de relacionarse, la forma de trabajar. La tecnología que utilizas, la forma de hacer las cosas. Todo se mueve. Y a pesar de que todo el mundo habla del cambio, de que lo único estable es el cambio, la comodidad de que la fantasía que te has creado como realidad te ha funcionado bien, tiende a hacer que se te olvide lo rápido que se mueven las ideas, las reglas, lo que se acepta y lo que no se acepta. Porque todo, absolutamente todo, se mueve.
Y es necesario hacer un ejercicio de autocrítica contra tu propio ego, tu gran enemigo interior, para que le digas eso de "hoy sabes menos que ayer, por mucho que creas que la experiencia te ha hecho aprender más". Sabes menos, porque todo se mueve, así que más vale que aprendas mucho ese día, que escuches, que no rechaces nada simplemente porque tengas aprendido algo. Porque algo te haya funcionado antes para vivir. No. Todo se mueve, y te deja atrás si no corres todo el día detrás de ello. Y si tienes mucha experiencia y eres listo, lo que sabrás de verdad es que sabes menos porque todo se ha movido un poco.
Los cambios en los que vamos a vivir en los próximos cinco años serán dos o tres veces más grandes que los que hemos sufrido en los últimos cinco. Así que más vale que andes con las orejas de punta si no quieres cada día saber aún menos, porque es verdad que todas las cosas que sabías ayer te eran muy útiles y valiosas para el mundo de ayer, pero no sabes si te valdrán para el mundo de mañana, porque aunque no lo creas... se mueve.
Así que cada día levántate y recuérdate a ti mismo que esto se mueve, y que si tú no lo bailas al mismo ritmo que la vida, estarás viviendo como el Capitán América con interpretaciones de un mundo que no existe y no existirá mañana, porque el día de ayer ya no va a volver nunca, porque todo, absolutamente... se mueve, y si te mueves en dirección contraria a donde se mueve el mundo, te estarás moviendo hacia el pasado. Hacia un mundo que se muere. Hacía un mundo cada vez más lejos del mundo de hoy. Así que... date prisa, que aunque te resitas al cambio... Eppur si muove.
¡Saludos Malignos!
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