Hoy me levanté muy temprano. Quería correr. La semana pasada no pude. Mucho trabajo. Solo eran cinco kilómetros lo que me puse a tirar. Se trataba de no perder ritmo. De conseguir mantenerne activo. De cuidarme. De hacer que la sangre se mueva para que llegue fresca a la cabeza. Me puse música cortavenas. De la que me gusta. Salí a las siete. Y me forcé a pensar en sobre qué iba a escribir hoy. Tengo un artículo largo de la charla de Blade Runners & Virtual Replicants que sacar, y pensaba si el día de comenzar a publicarlo era hoy domingo. Pero mis pensamientos tomaron su propio camino.
Mientras daba cada zancada, durante la poco más de media hora de trayecto trotando, los pensamientos eran sobre mil cosas. Y ninguna tenía que ver con si publicaba o no hoy la primera parte del artículo. Cada vez que mi cuerpo golpeaba el suelo era como si se hiciera zapping aleatorio en mi cabeza, pero enlazado con el anterior. Y ese pensamiento podría derivar hacia cualquier sitio. Era como si el cansancio, el calor, la música triste, el microsegundo del instante en que golpeaba el suelo, fueran los parámetros de entrada de la f(cabeza) y el resultado fuera impredecible.
No publicar ningún artículo hoy era una opción en la terna final de mi cabeza. Publicar todos los días es un ritmo autoimpuesto, como el de las marcas que se ponen los runners o ciclistas. Yo me lo impuse y como tal puedo cancelarlo. Publicar la primera parte del artículo de los Virtual Replicants era otra opción más que probable - como ya os dije al principio -, que se irá al final a mañana lunes. Pero por qué no quería hacer ninguna de esas cosas era algo que aún tenía que trabajar.
La verdad es que me apetecia sentarme a ver qué salía de mis dedos. Ese "Braindump" que hago tantas veces que me descarga electricidad de la cabeza. De esos ejercicios juguetones con mi cabezón de los que en ocasiones salen cosas cursiosas. Cuentos. Historias. Cartas. Reflexiones sobre la sociedad. La vida. Recuerdos que son importantes. Criptex. Recuerdos que serán permanentes. Grabaciones esteganografícas a fuego. Mensajes que me llegan por la noche en sueños. El mismo día. Años después. Textos que para mí son joyas en mi lado del mal más personal. De esos que cuando repaso, y me topo con ellos, leo con fruicción.
Es como codificar un recuerdo en una bolita. Sea azul. Amarillo. O de los dos. E incluso rojos y verdes. Y es tan real como que pasa en mi cabeza en un mometo del tiempo del universo. Está codificado con los comandos de mi yo. Con el panel de control que tengo dentro. Y esos recuerdos especiales quedan en forma de posts en la estatería de los años. Para que me los encuentre con el tiempo. Y los pueda poner otra vez a reproducir para volver a cambiarlos. Y no son ni verdad. Ni mentira. Ni inventados. Es solo que la realidad de cada uno se la cuenta cada cual a sí mismo como quiere.
El plan de hoy se tornó en seguir corriedo y después soltar los dedos en la pantalla en blanco, y ver por qué estaba mi cabeza así. Porque el sueño de anoche fue tan perturbador. Porque me levante sobresaltado tan temprano recogiendo los pedazos de una fantasía que se escapaba entre los dedos. Acariciando virutas de una sensación extraña que se disolvía a cada segunto. Y que era tan desconocida para mí.
Y volví a golpear contra el suelo. Y sonaron los Sick Puppies con su "There's no going back". Y mi menté entró en otro nivel oculto del juego de esta carrera mañanera. Nuevo hilo argumental en una reflexión de muñecas rusas recursivas asociado a la reflexión de "Eppur si muove" del otro día.
¿Por qué? ¿Qué había en mi cabeza?
Al final los pensamientos, las sensaciones, las emociones, a diferencia del conocimiento, acaban ocupando lugar dentro de uno mismo. Y mi - ¿nuestra? - F(cabeza) es una función de tipo olla-exprés que acaba rompiendo y dejando salir la presión por la costura más gastada. Y de ahí acaba en la estantería del calendario del blog en forma de bolita de color. Con lo cual, al final, este lado del mal, tiene sus propios biorritmos humanos basados en una función que rige el ritmo de publicación. Y siempre va hacia delante. Se mueve. Se mueve en función de intereses, preocupaciones, vivencias, anhelos, elucubraciones, reflexiones o preocupaciones. O sueños. Todo ello indexado con un sello de tiempo que solo tiene dirección al futuro, y un tempo, el de a la velocidad que vivo yo.
Esos biorritmos, esas bolitas, por supuesto, también están en las charlas, las publicaciones en las redes sociales, artículos, no solo míos, sino de todas las personas. Y se nota cómo alguien ha ido cambiando su biorritmo a lo largo de los años. Como su espacio ha dio perdiendo color, ganando madurez, alegría o sufriendo vivencias. No solo aquí. También en tus canales. Dicen todo de nosotros aun no diciendonos nada. Y como el arte, que es subjetivo y nos dice cosas solo a los espectadores, nos atrae, nos engancha o nos trastoca por dentro las entrañas. Como espero que suceda con los biorritmos de publicación de este blog al verlo como una obra a lo largo del tiempo. Que vengas a él porque.... solo tú lo sabes.
Por eso, si vienes a ver la parte de ciberseguridad, el hacking, y los artículos más tecnológicos, este es otro tipo de latido. No te preocupes. Mañana comienza un artículo de muchas, muchas, muchas letras que acompaña la charla de los Virtual Replicants. Pero si vienes porque te gusta saber qué pasa por mi cabeza, comprobar cómo va todo, si la bradicardia mejora o no, o si sigo siendo tan maligno como siempre... te he dejado una paranoia de reflexión en este artículo. Lo cual me hacía mucha malignidad, no creas. Pero cuidado no ates cabos a cosas locas de otras estanterías, que el sello de tiempo es hoy. Así que si por la randomización de tu biorritmo te parece que pudiera ser igual, recuerda que... eppur si muove, aunque lo ates con cuerdas.
¡Saludos Malignos!
Espectacular, sencillamente exquisito. Realmente estos artículos, van dirgidos a un público que tiene su propia realidad, a los que han salido de la caverna - como decía Platón - gente que alberga sabiduría, soportando un gran dolor por no hallar las respuestas que buscas en la vida. Por qué al final todo es una contradccion, la vida es una cada de Muñecas, casa habitación una vivencia, cada un sentimiento y cada muñeca una realidad. ¿Qué es verdad y qué es falso? La realidad no es realidad, sino que la realidad somos nosotros mismos, la vida solo depende de uno mismo. Y es raro pensar que solo éxito yo en una especie de solipsismo. La vida es un cascanueces, por afuera es dura, pero por dentro es débil. La vida es un cuento de hadas con la intención de dar una sentido a nuestra existencia y nuestros nombres intentos de la vida de ser vida en ti mismo.
ResponderEliminarUn saludo a todos !
Rubén.