Tiempo o Energía: Yo soy de correr
Corre, corre, que te van a echar el guante, decía la canción de los míticos Leño. Una forma de desplazarse que tienen los seres humanos que exige un mayor consumo de energía que ir andando. Pero el coste de consumir menor energía es consumir mucho más tiempo. Y ahí llega el conflicto. Tiempo o Energía. Y todas las implicaciones alrededor de esta decisión que vienen. Corriendo ves más mundo en el mismo espacio de tiempo. Andando disfrutas mucho más de los detalles del paisaje. El dilema.
Yo llevo corriendo toda mi vida. Nunca he querido vivir la vida a sorbos. Nunca he querido quedarme a contemplar la obra. He preferido siempre sacar el juguete de construcción. Hacer un castillo. Volver a deshacerlo. Comenzar uno nuevo. O dos en paralelo. He mirado siempre hacia al horizonte y he corrido siempre hacia él. El tiempo es para mí el recurso más valioso. Puedo gastar más energía si es necesario.
Esto ha hecho que desde que tengo uso de razón haya querido hacer mil y un millón de cosas, de las cuales solo he podido hacer tropecientos cuarenta y ochenta mil de ellas. Pero aún miro a ver si las cuatropedientas que tengo en la lista por delante las puedo comenzar en breve. A ver si acabo de escribir ese libro que tengo pendiente hace tiempo con mis experiencias personales, o ese otro de tecnología humanista que tengo hasta esbozado, el nuevo que tengo en mente con reflexiones más personales sobre lo que es emprender proyectos. Pero aún compiten con otro porrón de cosas que voy haciendo.
Y una nueva idea se cierne sobre mí. La aparto de un manotazo. Me sigo duchando. Pero vuelve cuando voy conduciendo. Y subo la música, para poner más fuertes las canciones dramones que me gustan a mí y no pensar en ella. Tengo miedo. Tengo miedo de que se meta más profundo dentro de mí y me robe prioridad de otra de esas ideas que lleva tiempo esperando por su fracción de tiempo para ser ejecutada. Pero ya está la nueva rondando por la cola buscándose un hueco para entrar.
Al final, si consigue el momento adecuado, si encuentra el punto de apoyo necesario, acabará colándose. Y me emocionaré con ella. Y será genial contarla, explicarla, sumar a más locos y locas a ella. Conseguir un poco del tiempo que no tengo, y ver cómo se convierte en realidad siendo lo que sea que tenga que ser esa idea. Pero para conseguir ese tiempo necesario, tendré que correr. Correr porque así el tiempo que necesito para hacerla realidad es menor.
Llevo corriendo toda mi vida. Manteniendo un ritmo de combate muy alto. Una velocidad de crucero que me permite sacar casi todas las cosas que tengo planificadas para un día. Casi todas. Que siempre me dejo encoladas más de las que sé que voy a sacar no vaya a ser que alguna se caiga por medio y pueda meter otra nueva.
Por eso, también, protejo mi tiempo también de todo lo que me puede robar preciosos segundos, minutos, y horas (de reuniones que se muestran inútiles). No soy facilón cuando me quieren solicitar tiempo. No porque no tenga interés en otras cosas, sino porque tengo mucho foco e interés en sacar mis ideas y proyectos - que no son siempre míos, ni mucho menos -. Así que, intento regar mis plantitas con maná de mi tiempo. Que si no las saco, tengo al demonio cabrón al que no le valen las excusitas persiguiéndome.
Pero correr cansa.
Claro que cansa. Y mis semanas suelen acabar conmigo. Suelo llegar al viernes diciendo eso de "¡Qué semana!". Suelo llegar destrozado físicamente. Y caer a las 9 o 10 de la noche con mi cómic de superhéroes de hace 40 o 50 años, y echar el cierre de mi mente. Apagar las luces de mi cabeza mientras el peso del cómic vende la resistencia de mis antebrazos. Y con el penúltimo cabezazo apagar la luz y enchufarme a cargar la batería de mi cuerpo para tener energía que me permita conseguir más tiempo al día siguiente.
Con los años, el ritmo se ha convertido en rutina. Y la rutina en una forma de construir cosas que está muy metida dentro de mí, que me ha permitido hacer todo lo que he hecho en mi vida, y en la que me siento bien cómodo. Es la forma en la que he aprendido a hacer las cosas, es la forma de gestionarme a mí mismo que me ha dado más alegrías y satisfacciones. Ese veneno que llevo dentro que si no muevo, me mata.
Además, con la madurez que da la edad, miras hacia delante con la perspectiva de encontrarte posibles finales en un futuro no tan lejano. Así que disfruto mucho más haciendo lo que hago, y cuento cada nuevo hito con una mayor alegría. Hace tiempo que lo que hago lo hago porque me gusta, porque quiero, porque disfruto. Cualquier nuevo proyecto comenzado y ejecutado es un regalo. Sea una PoC, un post, un hack, una charla, un producto, un lanzamiento, una alianza, un negocio, una patente, un cómic, un libro, un capítulo de humor, o un evento.
Así que, si una idea, un proyecto, un "algo" consigue mi implicación, entonces pondré mi tiempo, y si pongo mi tiempo, entonces estaré también poniendo el triple en energía, porque yo soy de correr.
¡Saludos Malignos!
Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)
1 comentario:
Buen domingo. Ese libro, pausado, para vacaciones. 😇
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