A punto de decidirme a operarme los ojos para quitarme la presbicia que se ha hecho con mi visión, llevo mis gafas siempre encima. Las uso para ver de cerca, para utilizar el ordenador y el móvil (si no, tengo que usar la lupa), para leer mis libros y mis cómics, o para escribir este artículo que os estoy preparando desde el avión que me está llevando a Fuerteventura, a mi última charla del año 2024.
Sin embargo, cuando miro de lejos me las quito. Nos las uso para ver de lejos. Eso hace que durante el día me quite y ponga las gafas para ver de cerca y para mirar de lejos unas decenas de veces. Porque es necesario. Ver de cerca, pero mirar a media distancia y al horizonte.
Figura 1: Haciendo balance de 2024: Qué de cosas...
Sin embargo, cuando miro de lejos me las quito. Nos las uso para ver de lejos. Eso hace que durante el día me quite y ponga las gafas para ver de cerca y para mirar de lejos unas decenas de veces. Porque es necesario. Ver de cerca, pero mirar a media distancia y al horizonte.
Objetivos a corto, medio y largo plazo
Esta historia que os he contado no es más que una forma de introduciros en la metáfora que es para mí cada día de mi vida. Mucho de ejecución a corto, con mirada al detalle, pero con tiempo para otear a medio plazo, y sobre todo mirar hacia el horizonte, para no perder el camino.
A corto, para mí, la ejecución es semanal. Es la forma en la que hago mis propios sprints. Y os garantizo que para mí el término se adecúa mucho a como es mi día a día. Condenso el máximo de actividades de que soy capaz en cada semana. De todo. Desde primera hora, hasta la hora en la que caigo rendido con la lectura, en los brazos de Morfeo. Más bien no me caigo, me desplomo y me hundo en los abismos. Que se que el tiempo apremia. Si quiero que tenga más horas mis días se las tengo que robar a alguien... y siempre le toca a Morfeo perder.
También, a corto, suelo intentar hacer double-bookings. Aprovechar viajes en avión para preparar diapositivas y ejercicios. Hacer deporte para repasar inglés o escuchar un podcast y aprender. Anotar todo lo que me llama la atención de lo que vivo para que pueda convertirse en un artículo, o una investigación, o una idea para hacer algo.
Mi día es una secuencia recursiva de optimización de agenda y ejecución de tareas a corto. Pero no solo eso, ya que intento meterme tiempo todas las semanas de cosas que se están fraguando para el futuro. Proyectos exploratorios, primeras reuniones de posibles acuerdos, de posibles inicios de cosas. De cosas que me interesan, pero que no se materializarán hasta dentro de unas semanas, meses o incluso un año.
Y por supuesto, cuando me escapo del ruido del ahora en unos minutos de un café, o voy conduciendo, o voy en un avión, o antes de soñar, también saco mi cabeza a pasear por la irrealidad de lo no materializado, para hacer un poco de Doctor Strange y evaluar los posibles escenarios del horizonte.Darle vueltas y más vueltas a la batidora para mirar el paisaje desde diferentes ángulos, para encontrar diferentes caminos, mundos y alterativas diferentes. Para enfocar mis pasos con la proyección del punto de fuga que haya escogido.
Esta historia que os he contado no es más que una forma de introduciros en la metáfora que es para mí cada día de mi vida. Mucho de ejecución a corto, con mirada al detalle, pero con tiempo para otear a medio plazo, y sobre todo mirar hacia el horizonte, para no perder el camino.
A corto, para mí, la ejecución es semanal. Es la forma en la que hago mis propios sprints. Y os garantizo que para mí el término se adecúa mucho a como es mi día a día. Condenso el máximo de actividades de que soy capaz en cada semana. De todo. Desde primera hora, hasta la hora en la que caigo rendido con la lectura, en los brazos de Morfeo. Más bien no me caigo, me desplomo y me hundo en los abismos. Que se que el tiempo apremia. Si quiero que tenga más horas mis días se las tengo que robar a alguien... y siempre le toca a Morfeo perder.
También, a corto, suelo intentar hacer double-bookings. Aprovechar viajes en avión para preparar diapositivas y ejercicios. Hacer deporte para repasar inglés o escuchar un podcast y aprender. Anotar todo lo que me llama la atención de lo que vivo para que pueda convertirse en un artículo, o una investigación, o una idea para hacer algo.
Mi día es una secuencia recursiva de optimización de agenda y ejecución de tareas a corto. Pero no solo eso, ya que intento meterme tiempo todas las semanas de cosas que se están fraguando para el futuro. Proyectos exploratorios, primeras reuniones de posibles acuerdos, de posibles inicios de cosas. De cosas que me interesan, pero que no se materializarán hasta dentro de unas semanas, meses o incluso un año.
Y por supuesto, cuando me escapo del ruido del ahora en unos minutos de un café, o voy conduciendo, o voy en un avión, o antes de soñar, también saco mi cabeza a pasear por la irrealidad de lo no materializado, para hacer un poco de Doctor Strange y evaluar los posibles escenarios del horizonte.Darle vueltas y más vueltas a la batidora para mirar el paisaje desde diferentes ángulos, para encontrar diferentes caminos, mundos y alterativas diferentes. Para enfocar mis pasos con la proyección del punto de fuga que haya escogido.
Así se me ha pasado 2024. Un año en el que, os garantizo, no me he dejado nada escondido o guardado en el cajón. No me he dejado energía sin consumir. No me he dejado batallas sin pelear. No me he dejado cosas para mañana si las he podido hacer hoy. Y por supuesto, donde he seguido la senda de proyección que me marqué al principio del año. Claro, ha habido que saltar, agacharse, dar patada voladora, y subirse al primer nivel. Ha habido que encontrar caminos paralelos, bailar, callar y hasta gritar.
Es la magia del día a día. Comienza, vas saltando por el reloj, y en cada minuto buscas cómo tejer una nueva puntada con el hilo que se tiene. Y no puedo decir que no me gusta. No puedo decir que este juego de hacer cosas en velocidad no me gusta. Tal vez podría pararme más, pero creo que ya me parará la vida cuando me toque, y como ya he tenido varios avisos, prefiero mirar hacia delante que hacia los lados a ver si hay asiento.
Balance de 2024
Durante 2024, pensando en cómo eran los objetivos a medio plazo - 1 año - que nos habíamos marcado, hemos tenido mucha tarea en nuestra querida Telefónica. Ha sido el año de nuestro Centenario y la exigencia era máxima porque era el primer año de nuestro Plan Estratégico 2024-2026. Ambiciosa en cuento a objetivos. Intensa en cuento a actos a realizar. Muchos. Muy grandes. Muy relevantes. Y había que hacer mucha tecnología. Desde el rol de CDO nos toca evolucionar muchas cosas y hacer que Telefónica siga haciéndose más fuerte cada día en la parte digital como sea posible, asimilando las disrupciones tecnologías, y sacando partido de ellas, algo que cada día es más importante en cualquier industria. Y por supuesto, este seguirá siendo un reto que en 2025 aún mayor, y para el que ya tenemos hecho un calendario de trabajo con hitos y ejecuciones.
Por supuesto, Telefónica Innovación Digital - de la que os hablaba justo hace un año -, es desde estamos construyendo mucha de esa tecnología, y a medida que sigue creciendo el uso de la misma en los nuevos procesos, nuestros roadmaps se van intensificando. Y esto ha sido así en 2024, con lanzamientos muy importantes para nosotros. Nuevas evoluciones de Kernel 2.0, la llegada de OpenGateway, el despliegue de la nueva evolución de SmartWifi, la evolución de Aura con extensiones GenAI, o Movistar Home Connect en modo app para tablets en dock-station, nuevos despliegues de la plataforma de vídeo, nuevas Living Apps, y un largo etcétera de proyectos sobre las mismas. Apificaciones, automatizaciones, evoluciones constantes que mantienen un equipo de innovación, ingeniería, operaciones y producto con un día a día intenso.
Figura 2: Presentación de MWC 2024 de Chema Alonso
También, por supuesto, hemos seguido innovando en 2024. Tanto internamente con la evolución y lanzamiento de los productos de Tu.com. Retos como lanzar nuestro Tu Wallet para criptomonedas, VerifAI, las nuevas evoluciones de Metashield y Tu Latch, o los trabajos con Quantum Encryption & Quantum Drop. Trabajar en productos innovadores from-scratch, ha sido un reto para este año 2024. Usar una nueva marca, comenzar su comercialización, y ponerlos en mercado viniendo directamente desde la innovación.
Durante 2024, pensando en cómo eran los objetivos a medio plazo - 1 año - que nos habíamos marcado, hemos tenido mucha tarea en nuestra querida Telefónica. Ha sido el año de nuestro Centenario y la exigencia era máxima porque era el primer año de nuestro Plan Estratégico 2024-2026. Ambiciosa en cuento a objetivos. Intensa en cuento a actos a realizar. Muchos. Muy grandes. Muy relevantes. Y había que hacer mucha tecnología. Desde el rol de CDO nos toca evolucionar muchas cosas y hacer que Telefónica siga haciéndose más fuerte cada día en la parte digital como sea posible, asimilando las disrupciones tecnologías, y sacando partido de ellas, algo que cada día es más importante en cualquier industria. Y por supuesto, este seguirá siendo un reto que en 2025 aún mayor, y para el que ya tenemos hecho un calendario de trabajo con hitos y ejecuciones.
Por supuesto, Telefónica Innovación Digital - de la que os hablaba justo hace un año -, es desde estamos construyendo mucha de esa tecnología, y a medida que sigue creciendo el uso de la misma en los nuevos procesos, nuestros roadmaps se van intensificando. Y esto ha sido así en 2024, con lanzamientos muy importantes para nosotros. Nuevas evoluciones de Kernel 2.0, la llegada de OpenGateway, el despliegue de la nueva evolución de SmartWifi, la evolución de Aura con extensiones GenAI, o Movistar Home Connect en modo app para tablets en dock-station, nuevos despliegues de la plataforma de vídeo, nuevas Living Apps, y un largo etcétera de proyectos sobre las mismas. Apificaciones, automatizaciones, evoluciones constantes que mantienen un equipo de innovación, ingeniería, operaciones y producto con un día a día intenso.
Figura 3: Telefónica Innovation Day 2024
Más allá del día a día en Telefónica
Además de toda esta actividad, que supongo que os imaginaréis requiere mucha dedicación, los ratitos los he utilizado para poder escribir todos los días en El lado del mal – espero que sea el segundo año consecutivo – un artículo para estar con vosotros. Una obligación auto-impuesta que me permite y me obliga a hacer cosas, a aprender cosas, a comunicaros cosas, pero que al mismo tiempo me permite tener un canal abierto al mundo para expresarme.
Desde este canal apoyo a desarrollar los proyectos de emprendimiento en los que colaboro. Mi querido 0xWord, del que hemos podido lanzar varios libros durante el año y conseguir que sobreviva un año más. Cuidar a Cálico Electrónico, que ha cumplido 20 años y hemos seguido sacando tiras semanales además del tercer volumen de sus cómics o recuperar el Pang Tumaka gracias a María. Seguir viendo crecer MoM y YoY a MyPublicInbox para convertirse en una plataforma enorme, con actividades como Singularity Hackers u OpenExpo que complementan todo lo que vamos haciendo para crezca y crezca. Un año en el que hemos colaborado e integrado Cleb, RepScan, Union Avatars o AR Future. Donde hemos crecido en todos los parámetros.
Para completar esto, como no, mi parte de divulgación. En el año 2024 he hecho bastantes charlas. Creo que alguna más que en 2023. Y además poniendo el foco más hacia el extranjero. He estado dando charlas en Miami, New York, aprovechando el proyecto con el MIT, en Alemania, he vuelto a la Ekoparty, y no me ha faltado mi charla de RootedCON en Madrid, las charlas de Mobile World Congress en Barcelona, o visitas A Coruña, Santiago de Compostela, Zaragoza, Málaga, Gijón, Cáceres, Salamanca, Bilbao, Tudela o Sevilla, por poner algunos ejemplos. También de hacer el discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad Carlos III, que me gustó mucho. En 2025 será más o menos similar, espero. Además, me han liado para la tertulia en la radio, y he ido alguna vez a la televisión, he grabado algún documental, y he tenido alguna entrevista en algún podcast. No me he aburrido, os lo puedo prometer.
Desde este canal apoyo a desarrollar los proyectos de emprendimiento en los que colaboro. Mi querido 0xWord, del que hemos podido lanzar varios libros durante el año y conseguir que sobreviva un año más. Cuidar a Cálico Electrónico, que ha cumplido 20 años y hemos seguido sacando tiras semanales además del tercer volumen de sus cómics o recuperar el Pang Tumaka gracias a María. Seguir viendo crecer MoM y YoY a MyPublicInbox para convertirse en una plataforma enorme, con actividades como Singularity Hackers u OpenExpo que complementan todo lo que vamos haciendo para crezca y crezca. Un año en el que hemos colaborado e integrado Cleb, RepScan, Union Avatars o AR Future. Donde hemos crecido en todos los parámetros.
Para completar esto, como no, mi parte de divulgación. En el año 2024 he hecho bastantes charlas. Creo que alguna más que en 2023. Y además poniendo el foco más hacia el extranjero. He estado dando charlas en Miami, New York, aprovechando el proyecto con el MIT, en Alemania, he vuelto a la Ekoparty, y no me ha faltado mi charla de RootedCON en Madrid, las charlas de Mobile World Congress en Barcelona, o visitas A Coruña, Santiago de Compostela, Zaragoza, Málaga, Gijón, Cáceres, Salamanca, Bilbao, Tudela o Sevilla, por poner algunos ejemplos. También de hacer el discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad Carlos III, que me gustó mucho. En 2025 será más o menos similar, espero. Además, me han liado para la tertulia en la radio, y he ido alguna vez a la televisión, he grabado algún documental, y he tenido alguna entrevista en algún podcast. No me he aburrido, os lo puedo prometer.
Más allá del trabajo
Además de todo esto, el año 2024 me ha dejado algo de espacio para estar con los amigos por el Sahara, para escaparme a ratitos a cenar, para ir al cine, para tener algo de vida personal, hacer deporte, y sacar, aunque sean momentos furtivos para ver una película, una serie, leer un libro o un cómic. He celebrado mi cumpleaños como siempre, para despedirme del último antes de llegar a los 50 años. Y he hecho muchos más amigos, que eso siempre es bueno.
Como extra-bonus, tuve la suerte y el honor de recibir el Premio Nacional de Divulgación Tecnológica por la Real Academia de Ingeniería, el premio al mejor CEO por el Colegio de Ingenieros Informáticos de Zaragoza y el Premio Trayectoria por la Ekoparty, ahí es nada para un año. Para mí los premios sólo me recuerdan que soy mayor, pero sí que muestran cariño y valoración por parte de gente que es de tu sector y te los otorga, por lo que los hace los más importantes del mundo para mí. Es más valioso el cariño de la gente y las instituciones que te los dan que el premio en sí. Así que no puedo estar más agradecido de haberlos recibido este año.
Por último, que este post ya se me va de las manos y quiero aprovechar a recuperar algo de sueño en lo que me queda de viaje hasta Fuerteventura – que tengo un Consejo y dos reuniones antes de ir al auditorio -, he tenido mi cuota de cagadas, errores, fracasos, decepciones, tristezas, lamentos, pérdidas y metidas de pata big-time. He tocado suelo mi cuota de veces correspondiente, como supongo que muchos de vosotros.
También se me han quedado cosas en el tintero. He tenido miedo de dar pasos que a lo mejor debía de haber dado pero no me he atrevido. He hecho el bicho bola para evitar ir al cole algunas veces, y he discutido conmigo mismo más de una vez. Me he regañado. Me he sacado el dedo. Me he frustrado unas cuantas veces, y se me han hecho largas muchas esperas. Ya ves. De todos los colores me llevo las bolitas este año. Pero como tú. Si no, no has tenido un buen año. Veremos qué mejoro para el siguiente yo, que estoy haciendo análisis.
¡Saludos Malignos!
Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)
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